Porcupine Tree: la continuación de un legado progresivo que deleitó a Chile

Los ingleses de Porcupine Tree tuvieron una puesta en escena impecable a la hora de montar su show y el sonido progresivo de su obra fue cautivante, el cual se dividió en dos setlist para un público chileno que repletó el Movistar Arena. La entrega de Wilson y compañía, que interactuó bastante con sus seguidores, fue un bálsamo para un espectáculo pesado y que tuvo momentos de mucha nostalgia. 

Faltaban diez minutos para el inicio del show y mucha gente se agolpaba en los accesos para al reducto de Avenida Tupper. Miles de fanáticos no se querían perder esta reunión "histórica" y la paciencia se iba alejando en cada segundo que pasaba.

Cigarros y otros humos fueron los calmantes para una ansiedad que se viene gestando hace años por esta banda. En las pantallas del Movistar, al mismo estilo de King Crimson hace algunos años, se pedía a los asistentes -encarecidamente- por el no uso de teléfonos para sacar fotos o grabar videos, en su defecto. El público, en su mayoría, respetó la petición de la banda, incluso cuando salieron a terreno. 

21:00 en punto y sonó “Blackest Eyes” de la placa In Absetia del 2002, desatando la euforia y eliminando de raíz la ausencia de los músicos a los miles de devotos que pidieron la vuelta de esta banda a los escenarios y, sobre todo, al chileno. 

“Harridan”, “Of The New Day” y “Rats Return”, fueron las siguientes composiciones que siguieron en un setlist que sería extenso y de mucha potencia. Wilson se acercó a las fanáticos y fanáticos que estaban en primera fila, les regaló algunas uñetas y los apuntaba en símbolo de amistad y de reciprocidad por los gestos hacia una banda que era esperada en suelo chileno desde el milenio pasado. 

“Estos hueones tocan sensacional” expresó un joven con polera de Pink Floyd mientras otros miraban con detención cada movimiento de la banda en la interpretación de cada canción y al apoyo que tenía Wilson a la hora de cambiar de guitarra entre canción y canción. 20 minutos de descanso tuvo la banda, luego de casi una hora y 15 minutos, para dar el vamos con “Fear Of A Blank Planet”, haciendo que muchas personas, que estaban en las filas comprando bebestibles dejaran de lado eso y volvieran corriendo hacia sus asientos para seguir disfrutando de la segunda etapa. 

En la parte final, las elegidas por los ingleses fueron "Collapse the Light Into Earth", "Halo" y espectacular y nostálgica "Trains", cerrando un concierto de mucha entrega de cada integrante de la banda. Porcupine Tree demostró que es una banda que puede seguir entregando mucho más a sus fanáticos, pues su sonido sigue siendo fresco y eso se nota en las composiciones tanto viejas como nuevas. Su última placa de estudio Closure/Continuation y que tuvieron la oportunidad de mostrar en este show, demuestra que esta no es una reunión de nostalgia sino que una reunión para mostrar que su fuerza progresiva sigue más viva que nunca.