Amor absoluto

Perder a un hijo y celebrar el "Día del Padre"

En vísperas del día del padre, esta columna nos muestra una cruda realidad que, a veces no queremos ver porque nos resulta demasiado doloroso, pero que, en esta época hay que enfrentarla a fuerza. Álvaro Acuña nos relata su experiencia y nos deja una hermosa lección.
jueves, 18 de junio de 2020 · 18:20

El 28 de enero de 2010 nació Simón, nuestro primer hijo y el 10 de agosto de 2013 nació su hermanita María Jesús. Son fechas que recuerdo porque junto con ellos, nació en mí el verdadero amor, un amor incomparable, distinto, especial, muy profundo, un amor que nunca se irá. Recién ahí toma sentido la frase que tantas veces escuchamos decir a nuestros propios padres “Cuando tengas un hijo me entenderás” y claro que ahora entiendo.

El 9 de abril de 2018 murió Simón, mi hijo, de solo 8 años. ¿Cómo seguir?

Difícil, muy difícil, inimaginable para quienes no lo han experimentado. ¿Cómo seguir viviendo? ¿Cómo volver a celebrar el “día del Padre”?

Esto va para los padres que hemos perdido un hijo y para los hijos que han perdido un padre.

Pasar del dolor, la tristeza y rabia de haberlos perdido, a la alegría, felicidad y el amor de haberlos tenido, esa es la clave. Cambiar emociones negativas por positivas. ¿Cómo hacerlo? Lo cierto es que no existen recetas, te pueden decir muchas cosas, pero no existen recetas para un dolor tan grande.

No existen recetas, pero desde mi experiencia de vida, más que de mis estudios (que por cierto se complementan) puedo señalar unas cuantas cosas:

-          Intentar evitar el dolor es una muy mala decisión. En una sociedad machista, sientes que todo el mundo espera que tú seas el fuerte, y en ese camino, intentas demostrar estar bien, incluso intentas convencerte, pero eso es reprimir la emoción, la cual no desaparecerá y por alguna parte explotara.

-          Ser consciente del dolor que experimentas es lo aconsejable, pero tampoco es bueno darle rienda suelta. Debes buscar equilibrar, para lo cual intentar dejar de pensar es una buena decisión, quizá difícil de implementar.

-          En este momento es necesario dejar de focalizar toda tu atención en la pérdida, para ello es bueno hacer cosas diferentes, cambiar tu atención por momentos. Hacer deportes, leer un libro, ver una película, cualquier cosa que te desconecte del recuerdo de la pérdida, por un rato, por un momento.

-          No busques un por qué o un para qué, no encontraras respuestas. La vida es confusa, no siempre tiene explicaciones, no siempre es lógica, de hecho, la mayoría de las veces no es lógica.

-          Se consciente de que el dolor nunca se irá, nunca, pero se puede vivir con él. Es nuestra nueva realidad, no por ello no podremos volver a ser felices.

-          Vuelve a saludar a esa persona que perdiste, desde esta nueva realidad. Vuelve a decirle hola sin poder verlo, solo sintiéndolo “solo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible para los ojos”.

Estos pasos son la recopilación de mi nueva vida con ese Simón que ya no puedo ver, solo sentir y con los cuales he vuelto a ser feliz, para mi bienestar primero, y luego para el de mi hija María Jesús y mi esposa Carola.

Con estos pasos he logrado pasar del dolor, la tristeza y la rabia, a la alegría, felicidad y el amor, pero repito, no hay recetas, es un proceso interno, propio, indescriptible, pero que debes comenzar para sanar y volver a vivir.

 

*Álvaro Acuña, académico, escritor y experto en Psicología Positiva. Autor de libros como “Antes de Vivir” y “¿Y si digo que no?”, obras basadas en la experiencia vivida con su hijo Simón.