El sonidista trabajó con Tito Puente y Willy Colón

Fallece histórico ingeniero de sonido Gerardo López

El profesional nacido en La Unión que estuvo tras los discos de Joe Vasconcellos, Illapu y Sexual Democracia se desempeñó como sonidista en Canal 13, el Festival de Viña del Mar y como profesor universitario aportó a una industria donde brillaron los ingenieros de sonido de regiones.
jueves, 27 de agosto de 2020 · 08:41

A los 61 años falleció el sonidista Gerardo López, célebre profesional y docente encargado de la ingeniería de amplificación en eventos históricos del Estadio Nacional, la Teletón, el Festival de Viña y que trabajó en discos señeros de artistas y bandas como Illapu, Schwenke & Nilo, Joe Vasconcellos o Sexual Democracia. Víctima de un derrame cerebral, el profesional se formó en la Universidad Austral, cuando los primeros profesores de esta carrera eran matemáticos y científicos alemanes que abrieron el camino a nuevos técnicos del sonido provenientes de regiones.

En tal sentido, fue uno de los fundadores de la Escuela de Producción Musical de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano, en Santiago, donde destacaba por su estrecho contacto con los estudiantes a los que siempre sorprendió con su extraordinario oído musical. Colegas y estudiantes recuerdan que López podía detectar problemas de fase, ritmo o de mezclas con solo escuchar una maqueta o advertir desafinaciones y acordes a la perfección solo mirando una partitura.

Pablo Bruna, el jefe de la carrera de Interpretación Musical de esta universidad, cree que el trabajo de Gerardo López tributó no solo en la enseñanza, sino también en una industria donde costaba encontrar profesionales provenientes de provincia. Destaca además un inspirador trabajo para acercar a las personas a la belleza de la música acústica:

“Él estudió guitarra muchos años y no tenía un gusto particularmente basado en lo eléctrico, tanto en su trabajo y desempeño como en su forma de ser. El profesor López era el equivalente a alguien que sabe mucho de pintura y que vibra explicándote un cuadro con todos sus detalles. Ese fue el gran aprendizaje que nos queda a todos quienes actuamos con él. Es una huella que trasciende lo más técnico y el valor del objeto artístico o lo que puede ser considerado una cosa estética, es el amor a la profesión misma”, cree.