Redes Sociales
Niño se SUICIDA lanzándose de un piso 11 por MACABRO RETO DE INTERNET
Al parecer, el menor fue víctima del terrible juego Jonathan Galindo que, al igual que la ballena azul, va imponiendo retos a sus seguidores que van aumentando en dificultad hasta llevarlos a perder la vida.Abrió la ventana de su casa, trepó por la barandilla del balcón y se dejó caer al vacío en medio de la noche. Se suicidó a los 10 años porque era presa de una pesadilla que para su tierna edad era demasiado negra y difícil de manejar, descifrar, apartar de sí mismo y de su familia.
Probablemente este menor fue devorado por un "juego" iniciado en las redes sociales y que se convirtió en un laberinto que lo llevó directo a la muerte.
El mensaje: "Tengo que seguir al hombre de la capucha"
"Mamá, papá te quiero pero tengo que seguir al hombre de la capucha", fue su último mensaje que dejó en la pequeña habitación antes de caer del undécimo piso.
El drama ha trastornado a todo un distrito de Nápoles en Italia y ha desatado el terror entre las madres, amigos y conocidos de la familia.
Según informaron medios locales, los padres son dos profesionales reconocidos y respetados, también involucrados en el sector social.
La hipótesis que está examinando la policía que realizó las primeras pericias investigativas es que el niño pudo haber terminado en el vórtice de un juego llamado "Jonathan Galindo".
Se trata de un hombre con capucha negra que tiene una apariencia benévola, similar a la de Goofy de Disney, que pide amistad en todos los canales sociales posibles (Facebook, Instagram, Tik Tok, Twitter), eligiendo casi siempre a menores, y les da desafíos a los que le siguen.
Este juego macabro que recuerda a la terrorífica "Ballena Azul" es carrera conformada por pequeños pasos cuyas dificultades son cada vez mayores y que puede haber llevado al niño a tirarse al vacío porque esa fue la decisión "del hombre de la capucha".
El fenómeno nació en América
La web está llena de artículos y videos que cuentan sobre este nuevo fenómeno que partió en América y llegó a Europa, primero pasando por España y Alemania y luego llegando a Italia.
La Fiscalía de Menores abrió un expediente y las fuerzas policiales incautaron todos los dispositivos utilizados por el menor.
Primero que nada, el teléfono móvil; luego una consola capaz de conectarse a Internet y para finalmente interactuar con otros usuarios de todo el mundo. Se ha retirado todo lo que pudiera ayudar a la investigación, que tenía directa relación con el niño.
Los padres fueron escuchados y hablaron de su hijo como un niño feliz y sereno, como de hecho lo fueron su hermana y ellos mismos: una familia normal, llena de amor. Sin problemas aparentes salvo una inquietud que llevaban algunos unos días cargando. Quizás precisamente por la carrera mortal que había emprendido el niño.
En las próximas horas es posible que también se escuche a algunos amigos de la joven víctima porque es factible que hayan sabido lo que estaba sucediendo en la vida del menor.
La alarma se dio hace dos noches, después de la una. El vuelo desde una altura tan alta no dejó escapatoria para el niño. Los padres, después de escuchar el estruendo, miraron desde el mostrador y vieron la terrible escena.
Los gritos desesperados despertaron a todo el edificio que se tensó en el dolor de la pareja. Luego desde las primeras horas de la mañana decenas de mensajes se persiguieron en diferentes chats de padres que comentaban la dramática historia intercambiando videos y enlaces del juego que podrían haber llevado al niño a la muerte.
Todo está aún por develarse; por ser descifrado.
Y el dolor permanece.