Coronavirus

Arzobispo español dice que vacuna contra el Covid-19 es "obra del diablo"

Según el Arzobispo Antonio Cañizares, "el demonio existe en plena pandemia" y su accionar se encuentra en "llevar a cabo investigaciones para vacunas y para curaciones".
lunes, 15 de junio de 2020 · 15:34

Antonio Cañizares, cardenal arzobispo de la ciudad de Valencia en España, es conocido porque ha protagonizado diversas polémicas y de manera frecuente, -como por ejemplo hablar del “nuevo orden mundial” de modo crítico, indicando que está “dominado por los poderes, casi todopoderosos económicos e ideológicos que están muy identificados concretamente, como se sabe, en los momentos actuales”,  además de que ha apuntado en sus sermones directamente a las comunidades LGBTQ+ e inmigrantes- sorprendió a sus fieles por el contenido de su homilía de este domingo.

Durante el sermón, la autoridad eclesiástica ha dicho que una de las vacunas que se encuentra actualmente en desarrollo para combatir el coronavirus es "obra del diablo", porque usa en su fabricación "células de fetos abortados".

La catedral de Valencia ha sido el escenario en el cual estas declaraciones fueron realizadas, donde además estaban entre la audiencia autoridades municipales para celebrar el Corpus Christi y sus declaraciones hacían alusión a un artículo publicado en la revista Science.

Según Cañizares, "el demonio existe en plena pandemia" y está intentando "llevar a cabo investigaciones para vacunas y para curaciones". En este contexto, el religioso afirmó que "una de las vacunas se fabrica a base de células de fetos abortados", lo que desde su punto de vista "es inhumano" y "cruel".

 

La información ya fue desmentida

Lo cierto es que el arzobispo de Valencia ha hecho eco de una noticia que es completamente falsa la que hace ya varios meses que esta información fue desmentida por diversos medios científicos, puesto que no existe ninguna evidencia de que haya ADN fetal en las vacunas que se encuentran en fase de desarrollo contra el nuevo virus.

Una breve explicación:

Para sobrevivir, los virus necesitan células a las que infectar, y eso es lo que utilizan los investigadores como medio de cultivo: células. A principios del siglo XIX  comenzó la investigación y los estudios de vacunas, para lo cual, se utilizaron células de animales vivos. Un dato: Las vacunas, tienen ese nombre porque las primeras células vivas se extrajeron de terneros y vacas.

Sin embargo, usar animales vivos en investigación científica no deja de presentar algunos problemas, sobre todo relativos al costo, la logística y la homogeneización de los resultados. También, es probable que el resultado se pueda contaminar con otro tipo de microbios.

Por el momento, lo más efectivo para la producción de las vacunas es el uso de cultivos celulares, donde hay células que son cultivadas de forma controlada en un medio artificial. Esas células pueden ser de procedencia animal o de procedencia humana, y van a ser usadas según los diversos requerimientos y si cumplen con determinadas características.

¿Cómo se consigue una línea celular?

Como te comentaba anteriormente, los cultivos celulares se originan a partir de células que se extraen de un organismo vivo. Para ello se saca una muestra de tejido de un órgano (por ejemplo un pulmón humano o animal), la que tiene diferentes tipos de células con diversas características. Ese es el comienzo para ir aplicando diferentes procesos con los que se consigue ir limpiando y eligiendo aquellas células que son de interés para la investigación.

Una vez conseguido el subcultivo deseado, esas células elegidas (que son descendientes de aquellas que se extrajeron del órgano del que se extrajo la muestra pero nunca formaron parte de él) pueden reproducirse una determinada cantidad de veces y es así como se crea una línea celular que permite investigar con ellas incluso cuando las células originales ya han muerto.