Colorimetría
Ni rojo ni amarillo: estos son los 2 colores que te rejuvenecen y no lo sabías, según la psicología
Un simple cambio en tu clóset podría restarte años de encima. Psicólogos revelan cuáles son los tonos que aportan frescura, vitalidad y juventud.
La juventud no se mide únicamente por la edad biológica ni por las líneas del rostro. La psicología del color demuestra que las prendas influyen directamente en la manera en que otros nos observan. Lo curioso es que no son los tonos fuertes como el rojo o el amarillo los que generan un efecto más juvenil, sino dos alternativas discretas que aportan frescura y tranquilidad.
El azul, un tono que resta años
Investigaciones realizadas en la Universidad de Rochester confirmaron que el azul transmite confianza, vitalidad y calma, características que hacen que alguien sea percibido con un aspecto más joven. Lo llamativo es que cualquier matiz funciona: desde el azul marino hasta el celeste, todos contribuyen a suavizar arrugas y marcas de cansancio.
El académico Andrew Elliot, experto en psicología del color, explica que estos colores ofrecen un contraste natural con la piel, lo cual favorece la apariencia. En pocas palabras, optar por vestimenta azulada no solo aporta sensación de frescura, también minimiza la percepción visual del envejecimiento.
El verde, símbolo de frescura y vitalidad
El segundo tono que, de acuerdo con la psicología, favorece una apariencia más juvenil es el verde. Este matiz se relaciona con lo natural y con la armonía, lo que genera calma y confort tanto en quien lo utiliza como en quienes lo observan. En el mundo de la moda, el verde tiene la virtud de iluminar el semblante y transmitir una vibra optimista.
Otra de sus ventajas es la facilidad para combinarlo, puede incorporarse en detalles pequeños como collares, bolsos o zapatos, o bien en prendas protagonistas, y en cualquier caso resalta una imagen dinámica y con frescura. A partir de los 35 años, cuando la estética comienza a notarse más, el verde se convierte en un recurso esencial para suavizar la percepción de la edad.
La teoría del color no solo se limita a la ropa, también se aplica al cabello y al maquillaje. Por ejemplo, las gamas claras como los rubios suaves o los tonos miel aportan brillo y dulzura al rostro, mientras que los colores demasiado oscuros, si no se eligen con cuidado, pueden endurecer la expresión y añadir años de manera innecesaria.
