Psicología

Ni perro ni gato: qué quiere decir que una persona elija un loro como mascota, según la psicología

La psicología revela que tener un loro refleja rasgos únicos de personalidad: necesidad de comunicación, creatividad y vínculos emocionales fuertes
domingo, 24 de agosto de 2025 · 13:10

Elegir un loro como mascota no es una decisión común. Estas aves, conocidas por su capacidad para imitar sonidos y establecer lazos duraderos, se diferencian mucho de perros o gatos. De acuerdo con la psicología, quienes conviven con loros suelen demostrar un deseo profundo de comunicación, paciencia y apertura a vínculos poco tradicionales.

El significado psicológico de tener un loro

Optar por convivir con un loro refleja la necesidad de mantener contacto frecuente y la inclinación hacia la permanencia en los vínculos, pues estas aves suelen tener una larga esperanza de vida. Desde la mirada psicológica, escoger un loro simboliza originalidad y autenticidad, ya que implica aceptar la compañía de un ser distinto a las mascotas comunes y que demanda cuidados constantes junto con estimulación diaria.

Loro. Fuente: Canva

Del mismo modo, hablar con un loro puede convertirse en una vía para expresar sentimientos, aliviar tensiones internas o acompañar momentos de silencio. Bajo esa perspectiva, este animal funciona como un puente emocional que ayuda a suavizar la sensación de aislamiento y ofrece compañía genuina.

En un plano más amplio, los loros también se integran en programas de apoyo terapéutico con animales. Su gran capacidad cognitiva y su carácter sociable los vuelven útiles para reducir nerviosismo, fortalecer la confianza personal y facilitar la comunicación con otros. Su actitud curiosa y su energía lúdica transmiten bienestar, mientras que la dedicación que requieren da a sus cuidadores un sentido de responsabilidad y motivación diaria.

Un compromiso de por vida

Las investigaciones sobre la inteligencia de los loros han revelado que cuentan con capacidades similares a las de un niño en etapa temprana, lo que explica su habilidad para interactuar y adaptarse fácilmente a la vida cotidiana de las personas. Gracias a esto, se utilizan como apoyo en terapias dirigidas a quienes atraviesan cuadros de ansiedad, depresión o dificultades en la comunicación.

Psicología. Fuente: Canva

No obstante, la elección de un loro como mascota no se limita a un interés afectivo. Su esperanza de vida puede variar entre una década y más de seis, según la especie, lo que exige asumir un compromiso duradero. Necesitan una alimentación equilibrada, estimulación mental continua, un espacio adecuado para desarrollarse y cuidados veterinarios especializados.

En consecuencia, adoptar un loro refleja rasgos muy particulares en la personalidad de su cuidador: perseverancia, ingenio y disposición a mantener un lazo que va más allá de lo habitual. Ni perro ni gato, estas aves representan, desde la perspectiva psicológica, una forma única y diferente de experimentar la compañía.