Cómo evitar que tus ventanas transpiren en invierno con el truco casero que pocos conocen

El invierno trae consigo bajas temperaturas, ambientes cerrados y una molestia recurrente en muchos hogares: el empañamiento de los vidrios. Esa “transpiración” constante que aparece en ventanas y puertas no solo afea los ambientes, sino que puede convertirse en un verdadero dolor de cabeza para quienes buscan mantener todo limpio y seco.

La causa principal de este fenómeno es la condensación. Cuando el aire cálido y húmedo del interior entra en contacto con superficies frías como el vidrio, se convierte en gotas de agua que se acumulan rápidamente. Esto no solo genera marcas visibles, sino que puede favorecer la aparición de moho si no se controla a tiempo.

Un truco económico y efectivo que sorprende

La buena noticia es que existe un truco casero poco difundido que puede marcar la diferencia. Solo necesitás glicerina líquida y un paño de microfibra. Aplicá unas gotas de glicerina sobre el paño y frotá suavemente toda la superficie del vidrio, como si lo estuvieras puliendo. Esta capa invisible actúa como una barrera que impide la formación de humedad por más tiempo.

A diferencia de productos químicos o soluciones costosas, este método es económico, seguro y no deja residuos. Además, la glicerina es fácil de conseguir en farmacias o supermercados, y se puede aplicar una vez por semana para mantener los resultados.

Otra alternativa complementaria es colocar pequeños recipientes con sal gruesa o arroz cerca de las ventanas. Ambos ingredientes actúan como deshumidificadores naturales, absorbiendo el exceso de agua del ambiente y reduciendo las posibilidades de que tus vidrios se empañen nuevamente.

Con estos simples pasos podés lograr que tus ventanas se mantengan limpias, claras y secas durante toda la temporada invernal. Una solución práctica, casera y accesible que pocos conocen, pero que puede cambiar la rutina diaria de limpieza en tu hogar.