Ser celestial
¿Cuál es el ser celestial que te protege, según tu fecha de nacimiento?
Estos seres celestiales actúan como protectores de las personas.Un ser celestial es definido como una entidad que se asocia con el cielo o con lo divino. En diversas tradiciones religiosas y filosóficas, un ser celestial también está asociado con algo sobrenatural, con reinos superiores que poseen poderes, sabiduría y perfección.
En la siguiente nota, y en base a tu fecha de nacimiento, te diremos cuál es el ser celestial del universo que te protege y que vela por tu bienestar.

¿Qué ser celestial te protege?
Encuentra en el siguiente listado el mes de tu nacimiento y descubre qué ser celestial te protege:
- Enero – Arcángel Miguel: protector de los comienzos, brinda coraje y liderazgo.
- Febrero – Diosa Yemayá: energía maternal, emocional y protectora, ligada al agua.
- Marzo – Espíritu del Fénix: renacimiento, fuerza interior y transformación.
- Abril – Ángel Rafael: sanador, ideal para los que buscan equilibrio y salud.
- Mayo – Diosa Gaia: conexión con la tierra, fertilidad y abundancia.
- Junio – Espíritu del Dragón: poder, intuición y creatividad.
- Julio – Arcángel Gabriel: comunicación, inspiración y guía espiritual.
- Agosto – Diosa Sekhmet: fuerza, fuego interior y justicia divina.
- Septiembre – Ángel Uriel: sabiduría, claridad mental y guía en decisiones.
- Octubre – Hada Morgana: misterio, introspección y poder psíquico.
- Noviembre – Espíritu del Lobo: lealtad, instinto y protección grupal.
- Diciembre – Arcángel Zadkiel: compasión, perdón y liberación emocional.
¿Los ángeles son seres celestiales?
Si, los ángeles son considerados seres celestiales, ya que cada uno de ellos posee un grado y una dignidad propios. Los ángeles, etéreos y perfectos, fueron creados en el principio de los tiempos, y son los encargados de transmitir los mensajeros divinos que comunican a Dios con el hombre.

Además, los ángeles son seres que habitan en la contemplación perpetua de la verdad divina. Ellos también mantienen su mirada fija en el rostro de Dios y, a su mandato, surcan los cielos y la tierra.