Coloca un par de hojas de limonero en medio litro de agua y olvídate del resfrío y las molestias estomacales

En tiempos donde los tratamientos caseros recuperan protagonismo, las hojas de limón aparecen como una opción efectiva. Usadas durante generaciones en distintas culturas, son valoradas por sus efectos sobre el sistema inmune y digestivo. Su aroma fresco y su facilidad para conseguirlas las convierten en una aliada cotidiana, especialmente cuando aparece algún síntoma de resfrío.

Olvídate del resfrío y las molestias estomacales

Las propiedades de estas hojas se deben a su contenido de aceites esenciales como el limoneno y el citronelal. Estos compuestos tienen acción antiinflamatoria y antimicrobiana, lo cual es útil ante cuadros leves de resfrío. Además, ayudan a disminuir tensiones y calmar los nervios, algo que muchas veces acompaña a los trastornos digestivos. Preparar una infusión con un par de hojas frescas puede convertirse en un hábito diario sin efectos secundarios relevantes, siempre que se use con criterio.

Entre sus beneficios más destacados, está su capacidad para calmar molestias estomacales, como hinchazón o digestiones lentas. También se considera útil cuando el resfrío incluye congestión o decaimiento general. La vitamina C presente en estas hojas actúa como refuerzo del sistema inmunológico, aunque en dosis moderadas. 

Otra forma práctica de aprovecharlas es a través de inhalaciones. Colocar varias hojas en agua caliente y aspirar el vapor ayuda a despejar las vías respiratorias, aliviando síntomas típicos del resfrío. Esta técnica es recomendada al primer signo de congestión, siempre cuidando la distancia para evitar quemaduras. 

Las hojas de limonero también se pueden convertir en aceite esencial casero, ideal para masajes en caso de contracturas leves. Al mezclarlas con un aceite base, se obtiene un preparado útil para aplicar sobre el pecho cuando el resfrío se presenta con tos o sensación de presión.