Truco de cocina
Ni en la puerta de la nevera ni en el cartón: esta es la mejor manera de conservar los huevos para que no pierdan sus propiedades
Un simple cambio de lugar en la heladera puede marcar la diferencia.Conservar los huevos correctamente no es solo una cuestión de orden en la cocina, sino una medida clave para mantener su valor nutricional y evitar riesgos innecesarios. A pesar de que su venta suele realizarse a temperatura ambiente, una vez en casa deben guardarse con cuidado. La mayoría los coloca directamente en la puerta del frigorífico, pero ese gesto tan común podría estar acortando su vida útil sin que nadie lo note.
La puerta del refrigerador es la zona más inestable en cuanto a temperatura: cada apertura genera un pequeño “shock térmico” para los alimentos que allí se encuentran. En el caso de los huevos, este cambio constante afecta su estructura interna, alterando su frescura y favoreciendo el desarrollo de microorganismos.
Otro punto importante es el envase. Aunque el cartón cumple una función esencial en el transporte, una vez en casa puede convertirse en una fuente de contaminación cruzada. Por eso, especialistas en seguridad alimentaria aconsejan retirarlos de su empaque original y colocarlos en un recipiente limpio, destinado exclusivamente a su almacenamiento.

Dónde y cómo guardarlos
El mejor sitio para conservar los huevos es en los estantes centrales o superiores de la heladera, donde el frío es constante y parejo. Deben mantenerse con la parte más puntiaguda hacia abajo para proteger la yema y evitar que se desplace. Además, conviene no lavarlos antes de refrigerarlos, ya que su cáscara tiene una capa protectora natural que actúa como barrera contra bacterias.
Según expertos, refrigerarlos adecuadamente puede extender su vida útil entre tres y cinco semanas, manteniendo sus nutrientes intactos. Esta es una excelente noticia si se considera que el huevo es uno de los alimentos más completos de la dieta, con proteínas de alto valor biológico, vitamina D y minerales esenciales como hierro y selenio.

Basta con cambiar de estante y abandonar el cartón para cuidar un alimento que es tan noble como frágil. Si se lo trata bien desde el primer día, los beneficios están garantizados.