Truco para el invierno
El método japonés para eliminar el frío de los pies en invierno con solo 1 ingrediente de cocina
Una solución inusual que desafía a las medias térmicas.Cuando el invierno arrecia, el cuerpo entero parece protestar, pero son los pies los primeros en sucumbir al frío. En lugar de acumular medias o recurrir a costosos dispositivos térmicos, en Japón existe un método milenario que requiere tan solo un ingrediente: ají picante. Aunque suene extraño, esta técnica ancestral ha vuelto a captar la atención gracias a su popularidad en redes sociales.
La práctica consiste en colocar una pequeña guindilla seca dentro del calcetín, justo sobre los dedos. Con el movimiento del pie, el ají libera capsaicina, una sustancia natural que produce una sensación de calor al entrar en contacto con la piel. Esta propiedad es la misma que hace que los platos picantes nos hagan transpirar, pero aplicada de forma externa para calentar los pies.
¿Cómo se usa esta técnica?
El truco es tan simple como efectivo: se toma un ají seco y se introduce dentro del calcetín antes de calzarse. Algunos recomiendan triturarlo apenas, para acelerar el efecto térmico. Eso sí, debe evitarse que el ají se abra por completo, para no generar contacto directo con la piel. La sensación comienza al poco tiempo de caminar, y según quienes lo practican, el calor se mantiene por más de una hora.
Sin embargo, no todo es color de rosa. Este método no es recomendable para personas con piel sensible, heridas o condiciones como dermatitis. En esos casos, la capsaicina puede causar ardor o irritación. Por eso, antes de probarlo, es clave evaluar la tolerancia personal y consultar con un dermatólogo si hay dudas.
Alternativas naturales para calentar los pies
Además del ají, existen otros remedios caseros recomendados en la cultura japonesa y asiática. El baño de pies en agua con jengibre, por ejemplo, es otra técnica que estimula la circulación. También se sugiere realizar masajes con aceites esenciales como el de canela o clavo de olor, ambos conocidos por su efecto térmico.
Más allá del método elegido, mantener los pies abrigados no es solo cuestión de comodidad. El frío constante en esta zona puede afectar la circulación, perjudicar el descanso nocturno y reducir el bienestar general. Por eso, incorporar soluciones simples, como esta, puede marcar la diferencia.