Reciclaje

Reutiliza las cáscaras de huevo y crea un potente abono para fertilizar tus plantas este invierno

Con un gesto simple y natural, podés nutrir tus plantas y reducir residuos en casa.
martes, 10 de junio de 2025 · 10:00

En pleno invierno, cuando el crecimiento de las plantas disminuye y la tierra necesita un refuerzo, recurrir a soluciones caseras puede marcar la diferencia. Uno de los recursos más accesibles y efectivos es la cáscara de huevo: un desecho cotidiano que, lejos de ser basura, puede convertirse en un potente fertilizante. Su alto contenido de calcio y minerales esenciales la transforma en un aliado perfecto para nutrir el suelo sin recurrir a productos industriales.

El proceso para convertir cáscaras de huevo en abono es tan simple como eficaz. Primero, se deben enjuagar bien las cáscaras para eliminar cualquier resto de clara o yema. Luego, es importante dejarlas secar completamente —podés hacerlo al sol o en horno bajo—. Una vez secas, trituralas con las manos, una licuadora o mortero hasta que queden reducidas a trozos pequeños o polvo. Este material podés aplicarlo directamente sobre la tierra o mezclarlo con compost.

Beneficios para el suelo y las plantas

Las cáscaras de huevo pueden transformarse en fertilizante. Fuente: Canva

Las cáscaras aportan principalmente carbonato de calcio, fundamental para mantener el pH equilibrado en la tierra. También mejoran la estructura del suelo, permitiendo una mejor aireación y retención de agua. En cultivos como tomates, pimientos o zapallos —susceptibles a deficiencia de calcio—, este abono casero puede prevenir enfermedades como la podredumbre apical. Además, al descomponerse lentamente, liberan nutrientes de forma sostenida.

Utilizar cáscaras de huevo no solo mejora la salud del jardín, también colabora con el ambiente. Al reutilizar este residuo, reducís la cantidad de basura orgánica que termina en los vertederos. Es una alternativa ideal para quienes buscan prácticas de vida más sustentables sin invertir dinero extra ni productos químicos. También representa una excelente herramienta educativa para enseñar a niños y jóvenes sobre reciclaje y conciencia ambiental.

Complementos naturales para potenciar el efecto

Con solo secar y triturar las cáscaras, podés nutrir tus plantas sin gastar dinero. Fuente: Canva

Si querés llevar esta práctica un paso más allá, podés combinar las cáscaras con otros restos orgánicos como posos de café, cáscaras de banana o restos de verduras. Esto enriquecerá el abono con otros nutrientes como potasio, fósforo y nitrógeno. Otra opción es sumarlas al compost doméstico, donde ayudarán a acelerar el proceso de descomposición y aumentar la calidad del resultado final.

Aunque es especialmente útil en invierno, esta técnica puede aplicarse durante todo el año. Las cáscaras no se vencen, así que podés guardarlas en un frasco cerrado e ir acumulándolas hasta tener la cantidad suficiente. Con constancia, verás mejoras notables en tus plantas, desde un crecimiento más vigoroso hasta una floración más abundante. Y todo con algo que, de no saberlo, habrías tirado al tacho sin pensarlo dos veces.