Cuántas veces por semana debes regar tu planta Pensamiento en invierno para que estalle de flores pese a las bajas temperaturas

El pensamiento es una de esas especies que resiste las bajas temperaturas si se la cuida con atención. Durante el invierno, esta planta no necesita grandes cantidades de agua para desarrollarse, pero tampoco tolera el descuido. La clave está en encontrar un equilibrio: entre una y dos veces por semana suele ser suficiente, siempre evaluando la humedad del sustrato antes de volver a regar. 

Cuántas veces por semana debes regar tu planta Pensamiento

Uno de los errores más comunes en esta época es mantener el mismo ritmo de riego que en verano. Durante los días fríos, la planta pensamiento entra en una fase más lenta de crecimiento, por lo que no necesita tanta hidratación. El suelo debe conservar algo de humedad, pero sin llegar a estar empapado. Un buen truco es introducir un dedo en la tierra: si está húmeda a unos dos centímetros de profundidad, no hace falta regar.

El pensamiento se adapta bien al frío, pero es sensible a los cambios bruscos. Si la planta está en maceta, es recomendable moverla a un lugar donde reciba buena luz natural y esté protegida del viento. Las corrientes de aire, sumadas a un exceso de agua, pueden debilitar sus flores. Por eso, durante el invierno conviene prestar atención no solo al riego, sino también al entorno en el que se encuentra. 

Para que el agua no se acumule, la planta pensamiento necesita una tierra que drene bien. Las mezclas con perlita o arena ayudan a mantener un equilibrio de humedad adecuado. Si el recipiente donde está no tiene buen drenaje, conviene hacer agujeros en la base o cambiarla a una maceta nueva. 

Además del riego, una dosis baja de fertilizante cada quince días puede impulsar la floración. Existen productos específicos para esta planta que estimulan el desarrollo sin forzarla. El abono debe aplicarse siempre con el sustrato húmedo, para evitar quemaduras en las raíces.