Receta sencilla
Carne al jugo, aprende a preparar este delicioso almuerzo tal como lo hacía tu abuela
Un plato clásico, reconfortante y lleno de sabor que nunca falla en la mesa familiar.Cuando pensamos en sabores que nos conectan con nuestra infancia, la carne al jugo ocupa un lugar privilegiado. Ese aroma profundo que invadía la cocina, la carne tierna que se deshacía con solo mirarla, y el jugo sabroso que pedía a gritos un buen pedazo de pan para acompañar. Hoy, esta receta vuelve con fuerza como uno de los platos más elegidos para los almuerzos otoñales.
Lejos de complicaciones modernas, esta receta rescata lo mejor de la cocina casera: ingredientes simples, una cocción lenta y el amor por compartir una comida hecha en casa. Ideal para reuniones familiares, domingos tranquilos o simplemente para reconectar con los sabores de antes, la carne al jugo demuestra que lo clásico nunca pasa de moda.
Además de ser rendidora y económica, esta preparación es muy versátil. Puede servirse con arroz blanco, puré de papas o fideos. Lo mejor: podés hacer bastante cantidad, guardar en la heladera o freezer, y tener almuerzo listo para varios días.

Ingredientes (para 6 porciones)
- 1.5 kg de tapa de asado (o tapabarriga de vaca)
- 200 g de cebolla
- 150 g de zanahoria
- 200 g de tomate maduro
- 5 dientes de ajo
- 1 cucharada de orégano
- 1 cucharada de ají color (paprika)
- 1 taza de hojas de perejil
- 1 cucharada de sal
- 100 cc de “aceite mágico” (mezcla de oliva, vegetal, romero, orégano y ajo)
- 1 vaso de vino blanco
- 2 vasos de agua

Paso a paso para esta carne al jugo
- En una olla a presión, calentar el aceite mágico y dorar bien la carne por ambos lados hasta que se caramelice. Retirar y reservar.
- En la misma olla, incorporar la cebolla en pluma, la zanahoria en rodajas, el tomate en cubos, los dientes de ajo, el orégano, el ají color y el perejil. Revolver bien.
- Sumar la sal, reintegrar la carne y agregar el vino blanco y los vasos de agua. Mezclar todo.
- Cerrar la olla a presión y cocinar durante 70 minutos desde que comienza a liberar vapor.
- Una vez pasado el tiempo, dejar salir la presión de forma segura y abrir la olla con cuidado.
- Servir la carne acompañada del jugo de cocción y el acompañamiento de tu preferencia.
Este clásico familiar no solo alimenta el cuerpo, también acaricia el alma. Porque, como decía la abuela, nada une más que una buena comida caliente.