Cuántos dientes de ajo debes usar para proteger tu Árbol de Jade de las plagas y que atraiga el dinero y la abundancia

El ajo no solo es conocido por sus propiedades medicinales o su uso en la cocina. Desde hace siglos se le atribuyen cualidades protectoras tanto en lo físico como en lo energético. En jardinería, funciona como un repelente natural contra insectos, hongos y bacterias que pueden afectar a las plantas. Además, en muchas culturas se cree que el ajo aleja las energías negativas.

¿Cuántos dientes de ajo hay que usar?

Según la tradición popular y las recomendaciones de jardineros que combinan saber botánico con creencias ancestrales, el número ideal es tres dientes de ajo enteros y sin pelar. Esta cifra no es casual: el número tres tiene un fuerte significado esotérico, vinculado con el equilibrio y la expansión. Los dientes deben enterrarse ligeramente en la tierra, a una distancia prudente del tallo, para evitar que afecten las raíces. Lo ideal es colocarlos en forma de triángulo, marcando una especie de campo energético protector alrededor de la planta.

El momento más indicado para agregar los dientes de ajo es durante una fase creciente o llena de la luna, ya que se cree que en ese período las plantas absorben mejor la energía y los nutrientes. El proceso es muy sencillo: basta con remover un poco la tierra, insertar los dientes con cuidado y volver a cubrirlos. Algunos recomiendan acompañar el acto con una intención clara, como una afirmación o un deseo relacionado con la prosperidad, para potenciar el efecto simbólico del ritual.

Combinar el poder del ajo con el simbolismo del Árbol de Jade es una práctica muy extendida en hogares que buscan atraer abundancia y proteger su energía económica. Colocar esta planta cerca de la entrada, en la oficina o en un rincón de trabajo ayuda a canalizar la intención de crecimiento financiero.

El ajo, al actuar como barrera contra lo que drena esa energía, sean insectos o malas vibras, refuerza esa misión. No se trata de magia, sino de un gesto simbólico que conecta con nuestras creencias y refuerza nuestra intención de prosperar.