Truco de limpieza
Ni el extractor ni el microondas: este es el lugar más sucio de la cocina y pocos lo saben
Mantener una rutina de limpieza en los interruptores no solo contribuye a una cocina más higiénica, sino que también evita la acumulación de suciedad que puede afectar su apariencia.La limpieza en la cocina es clave para evitar la acumulación de bacterias que pueden afectar la salud. Aunque muchos prestan atención a electrodomésticos como el microondas o el extractor, hay un punto que suele pasarse por alto y que acumula gran cantidad de suciedad: los interruptores de luz.
El punto más olvidado en la limpieza diaria
Los interruptores de luz, al igual que las manijas de las puertas, se tocan con frecuencia después de cocinar o de haber estado en la calle. Esto facilita que sean lugares sucios llenos de bacterias sin que muchas personas sean conscientes de ello. A pesar de que otras áreas de la cocina reciben una limpieza frecuente, estos pequeños detalles pueden convertirse en un problema si no se incluyen en la rutina de higiene del hogar.
El hecho de que los interruptores acumulen tanta suciedad no es sorprendente, ya que son manipulados sin pensar en su estado. Al tocarlos después de manipular alimentos o grasa, la suciedad se adhiere con facilidad. Por eso, es fundamental incluir su limpieza en el mantenimiento regular del hogar, evitando que se conviertan en un foco de contaminación en la cocina.

Para mantener los interruptores de la cocina libres de suciedad, se recomienda utilizar un paño húmedo con algún producto de limpieza adecuado. Es importante evitar el exceso de líquido, ya que podría afectar el funcionamiento del interruptor. Frotar con cuidado ayuda a eliminar los restos de suciedad acumulados sin comprometer la instalación eléctrica.

Si se busca una limpieza más profunda de la cocina, se puede utilizar un algodón con alcohol para desinfectar la superficie. También es útil retirar el marco del interruptor y limpiarlo con un cepillo pequeño, asegurando que no queden residuos en los bordes. Una vez seco, se vuelve a colocar en su lugar para mantener el aspecto impecable.