Ni vinagre ni jabón, esta es la mejor manera de limpiar las cafeteras italianas sin rayarlas con solo 1 ingrediente

Las cafeteras italianas son populares por su capacidad de preparar un café intenso y aromático, pero requieren un mantenimiento adecuado para conservar su calidad con el tiempo. A pesar de que muchos recurren al vinagre o al jabón para su limpieza, los expertos recomiendan un método más efectivo y seguro que evita daños en la superficie metálica y prolonga la vida útil del artefacto.

Esta es la mejor manera de limpiar las cafeteras italianas

Uno de los errores más comunes al limpiar una cafetera italiana es utilizar ingredientes agresivos como detergentes o desengrasantes, los cuales pueden dejar residuos que afectan el sabor del café. La mejor manera de limpiarla sin dañarla es simplemente con agua caliente. Enjuagar todas las piezas con abundante agua y asegurarse de secarlas bien evitará la formación de moho o bacterias. 

El agua caliente es suficiente para eliminar los restos de café y los aceites naturales que puedan quedar en la cafetera después de cada uso. Sin embargo, es importante desmontar todas las partes y secarlas con un paño limpio antes de volver a ensamblarlas. Si la cafetera no se seca correctamente, la humedad puede generar corrosión en el metal, afectando su durabilidad. Este método es recomendado por expertos y fabricantes para garantizar una limpieza segura y eficaz.

Si bien algunos fabricantes aseguran que se puede usar jabón, este debe aplicarse con precaución y en pequeñas cantidades. No se recomienda utilizar esponjas abrasivas o estropajos, ya que pueden rayar la superficie y comprometer la estructura de la cafetera. Además, es fundamental evitar el uso de vinagre, ya que su acidez puede desgastar el material y dejar un sabor persistente que alterará la calidad del café. 

Mantener la cafetera limpia y seca ayuda a prevenir la proliferación de hongos, moho y bacterias, los cuales pueden acumularse si no se realiza un mantenimiento adecuado. Una cafetera en mal estado no solo afecta el sabor del café, sino que también puede representar un riesgo para la salud.