Jardinería
Cómo utilizar un ajo para reproducir tus Anturios y que estallen de flores en febrero
Con este método casero, utilizando ajo como estimulante, lograrás multiplicar tus plantas de manera sencilla y disfrutar de una explosión de flores en el mes más romántico del año.
Si te encantan las plantas y quieres llenar tu hogar de anturios, te enseñamos un método sencillo y efectivo para multiplicarlos utilizando ajo. Con este truco casero, no solo tendrás más plantas, sino que también podrás regalarlas el 14 de febrero o incluso venderlos para obtener un ingreso extra.
Reproduce anturios con ajo y logra muchas flores en febrero
El anturio es una planta muy apreciada por su elegante follaje y sus flores en forma de corazón. Para reproducirlo en agua con ayuda del ajo, lo primero que necesitas es seleccionar una planta sana y madura. Asegúrate de que no tenga plagas ni signos de enfermedad antes de comenzar el proceso. La reproducción en agua permite observar el crecimiento de las raíces y garantizar el desarrollo saludable de los nuevos ejemplares.
Para llevar a cabo este procedimiento, necesitarás algunos elementos clave: un ajo, una cebolla, alcohol antiséptico, un cuchillo o tijeras desinfectadas y un recipiente de vidrio con agua. El ajo juega un papel fundamental, ya que actúa como estimulante del enraizamiento y ayuda a prevenir infecciones en los esquejes recién cortados. Este método es ideal para especies como el anturio que responden bien a la propagación en agua.
Para comenzar, elige un tallo sano de anturio con al menos dos o tres hojas y córtalo con una herramienta desinfectada. Luego, coloca una gota de alcohol sobre un plato y pasa la base del tallo por esta sustancia para eliminar posibles bacterias. A continuación, pela un ajo y córtalo en tres partes, realizando un pequeño orificio en cada una. Inserta la base de cada tallo en una de las secciones del ajo, asegurándote de que quede bien ajustado.
Además del ajo, la cebolla también contribuye a la reproducción exitosa de los anturios. Pela una cebolla, retira su cáscara y córtala en trozos pequeños. Coloca media cebolla en un frasco con agua y añade unas gotas de alcohol antiséptico. Remueve bien la mezcla y cuélala antes de verterla en el recipiente donde sumergirás los esquejes.
