Psicología
Estas son las 4 palabras de los padres que más dañan a sus hijos, según la psicología
La autoestima de los pequeños puede ser fortalecida o debilitada dependiendo de cómo se utilicen las palabras, haciendo que su impacto sea mucho más profundo de lo que solemos imaginar.El poder del lenguaje en la crianza es innegable, y cada palabra que los padres usan deja una huella en la autoestima de sus hijos. Frases aparentemente inofensivas, dichas con la intención de corregir o motivar, pueden generar efectos negativos en su desarrollo emocional. Los niños son como esponjas, absorbiendo no solo el contenido de las palabras, sino también el tono con el que se expresan.
Estas son las 4 palabras de los padres que más dañan a sus hijos
Entre las frases más comunes que afectan la autoestima de los niños, destaca «estoy decepcionado de ti». Aunque muchos padres lo usan para expresar frustración, esta frase siembra inseguridades profundas, haciendo que los niños sientan vergüenza de sí mismos. Según la psicología, mientras que la culpa puede motivar a corregir errores, la vergüenza paraliza y genera una autoimagen negativa.
Otra frase que suele repetirse por parte de los padres y afecta la autoestima es «¿por qué no puedes ser como tu hermano/a?». Este tipo de comparaciones no solo lastiman al niño al hacerlo sentir insuficiente, sino que también generan tensiones entre hermanos, afectando su relación a largo plazo. Las etiquetas negativas, como «eres imposible», refuerzan creencias limitantes que condicionan su comportamiento y lo hacen actuar de acuerdo a esas expectativas.

Cambiar estas frases dañinas por expresiones constructivas no significa ser permisivo, sino enfocar la crianza desde la empatía. En lugar de «estoy decepcionado de ti», los expertos recomiendan preguntar: «¿Qué podemos aprender de esto para hacerlo mejor la próxima vez?». Este tipo de lenguaje de los padres fomenta la reflexión y da espacio al niño para asumir sus errores sin dañar su autoestima.

Educar con empatía no significa evitar la disciplina, sino aplicarla de forma que construya autoestima y fortalezca la relación entre padres e hijos. Los niños necesitan sentirse apoyados, incluso cuando se equivocan. Al elegir palabras que guíen en lugar de criticar, pueden ayudar a sus hijos a desarrollar habilidades esenciales como la resolución de problemas y el manejo de emociones.