Plantas

Cada cuántos días hay que regar las plantas en verano para que no se marchiten y estallen de flores

El verano trae consigo altas temperaturas y condiciones climáticas que pueden afectar gravemente a las plantas.
jueves, 16 de enero de 2025 · 21:45

Durante esta estación, el riego se convierte en una tarea fundamental para garantizar su supervivencia. Sin embargo, no todas las plantas requieren la misma cantidad de agua, por lo que es crucial observar sus características específicas. La frecuencia y la cantidad de agua dependerán del tipo de planta y de su ubicación en el jardín o el interior del hogar.

El cuidado esencial de las plantas en verano

Cada planta tiene requerimientos diferentes, pero una regla general es regarlas al menos cada dos o tres días durante el verano. Las plantas de hojas grandes o flores necesitan más agua debido a su alta tasa de transpiración. Por otro lado, las suculentas y los cactus, que almacenan agua en sus tejidos, pueden resecar una vez por semana. Es importante que la tierra se mantenga húmeda, pero no empapada, para evitar problemas como la pudrición de las raíces.

Los expertos recomiendan hacerlo temprano en la mañana o al anochecer, cuando el sol no es tan intenso. Esto evita que el agua se evapore rápidamente y permite que las raíces la absorban de manera efectiva. Además, regar en estos momentos del día ayuda a mantener la frescura de las plantas y evita el estrés hídrico, un factor clave en el verano.

Flores. Fuente: iStock.

Regar directamente en la base de la planta es una estrategia efectiva para que las raíces reciban toda el agua necesaria. Asimismo, el uso de macetas con buen drenaje y la incorporación de mantillo en el suelo ayudan a mantener la humedad por más tiempo, lo que es esencial durante el verano. Las plantas bien regadas tienden a florecer con más fuerza, mostrando su mejor aspecto.

Flores. Fuente: iStock.

Uno de los errores más comunes es observar en exceso o con poca frecuencia, lo que puede debilitar las plantas. También es frecuente olvidar ajustar el riego según el tipo de planta y su entorno. Otro problema habitual es mojar las hojas, ya que esto puede favorecer la aparición de enfermedades. Para evitar estos inconvenientes, es importante observar señales como hojas amarillas o marchitas, que indican un riego inadecuado.