Cocina
Sopaipillas de queso, aprende a hacer esta deliciosa receta para los días frescos con solo 5 ingredientes
Estas sopaipillas se pueden comer solas o acompañadas de otros alimentos, lo que las convierte en una opción flexible para cualquier ocasión.Las sopaipillas de queso son una deliciosa variante de las tradicionales sopaipillas, un plato que forma parte esencial de la gastronomía chilena, especialmente en días fríos o lluviosos. Esta receta, que incorpora queso rallado en la masa, añade un toque distintivo de sabor y textura, convirtiendo un clásico en una opción aún más irresistible. Perfectas para acompañar un buen mate o café, las sopaipillas de queso son ideales para compartir en reuniones familiares o para disfrutar como una merienda reconfortante.
Uno de los aspectos más interesantes de esta receta es su versatilidad. Aunque generalmente se utiliza queso rallado, el tipo de queso puede variar según el gusto personal. Desde un suave queso mozzarella hasta opciones más intensas como el queso provolone o gouda, cada tipo de queso aporta una personalidad única al plato.
Preparar sopaipillas de queso es muy sencillo. Los ingredientes básicos son harina leudante, manteca, agua tibia, sal y queso rallado. Para comenzar, se coloca la harina en un recipiente junto con la manteca, integrando ambos ingredientes. Luego, se añade el agua tibia poco a poco, mientras se va mezclando, y se incorpora una cucharada de sal. Este proceso permite que la masa vaya adquiriendo una consistencia uniforme.
Una vez que la masa de la receta está lista, se agrega el queso rallado, que es el ingrediente estrella de esta receta. El queso no solo añade sabor, sino que también mejora la textura de la masa, haciéndola más suave y esponjosa. Después de integrar bien todos los ingredientes, es hora de amasar la mezcla hasta obtener una masa homogénea y suave. Luego, se estira la masa con un rodillo y se cortan círculos con ayuda de un molde o una copa, haciendo un pequeño corte en el centro de cada uno.
El paso final consiste en freír las sopaipillas en abundante aceite caliente. Es importante freírlas hasta que adquieran un color dorado y una textura crujiente. Una vez listas, se retiran del aceite y se colocan sobre papel absorbente para eliminar el exceso de grasa. En apenas unos minutos, tendrás una bandeja de sopaipillas de queso crujientes por fuera y suaves por dentro, listas para disfrutar.