Cocina

Croquetas de garbanzos y espinacas, aprende a hacer este sencillo almuerzo de solo 300 calorías ideal para bajar de peso

Sigue este paso a paso para disfrutar de una delicia que no te hará sentir culpa.
miércoles, 21 de agosto de 2024 · 19:30

Las croquetas de garbanzos y espinacas son una excelente opción para quienes buscan una comida vegetariana que sea tanto nutritiva como deliciosa. Esta receta combina lo mejor de ambos ingredientes: la proteína y la fibra de los garbanzos, junto con las vitaminas y minerales de las espinacas. Estas croquetas, además de ser fáciles de preparar, son una forma estupenda de cuidar tu salud, ya que ayudan a fortalecer la microbiota intestinal, esencial para una buena digestión y un sistema inmunológico robusto.

La historia de las croquetas es fascinante y está rodeada de un cierto misterio culinario. Aunque se atribuye su invención a Louis de Bechamel, un aristócrata francés del siglo XVII, es posible que la receta haya viajado a Francia desde Italia en el siglo XVI, llevada por los cocineros de Catalina de Medici. Independientemente de su origen exacto, lo cierto es que las croquetas se han convertido en un plato querido en muchas culturas, y en esta versión, adaptada para los tiempos modernos, se hornean en lugar de freírse, lo que las hace mucho más saludables.

Para preparar estas croquetas, necesitas ingredientes sencillos y asequibles, como harina de garbanzos, espinacas frescas, cebollas, puerro, pimiento rojo y algunas especias. La preparación comienza con un salteado de las verduras, que luego se mezcla con la harina de garbanzos y los huevos para formar una masa suave. Esta masa se deja reposar unos minutos antes de darle forma a las croquetas, que se hornean hasta alcanzar un dorado perfecto. Este método de cocción no solo reduce la cantidad de aceite necesario, sino que también realza los sabores naturales de los ingredientes.

El horno es un aliado fundamental en esta receta. Al calentar la bandeja antes de agregar la mezcla, aseguras que las croquetas se cocinen de manera uniforme y queden crujientes por fuera mientras se mantienen tiernas por dentro. Este proceso no solo es más saludable que freír, sino que también es más sencillo, ya que no necesitas estar pendiente del aceite caliente ni preocuparte por la absorción excesiva de grasa.

Una vez listas, estas croquetas de garbanzos y espinacas son ideales para disfrutar en cualquier momento del día. Puedes servirlas como parte de un almuerzo ligero, en una merienda acompañadas de una salsa de yogur, o incluso como un desayuno nutritivo. Su versatilidad es una de sus mayores virtudes, ya que se adaptan a diferentes ocasiones y gustos, y son una excelente forma de incorporar más vegetales y legumbres a tu dieta diaria.