Cocina

Cocadas con leche condensada, aprende a hacer este delicioso postre con solo 4 ingredientes

Su sencillez y rapidez permiten que los pequeños se diviertan en el proceso y luego disfruten de esta deliciosa golosina casera.
martes, 30 de julio de 2024 · 10:30

Si eres fanático de las cocadas o si tienes pequeños en casa que disfrutan de la cocina, te alegrará saber que hay una deliciosa variación de este clásico dulce: las cocadas con leche condensada. Esta receta no solo es increíblemente sabrosa, sino también muy fácil de hacer, convirtiéndola en una excelente opción para preparar junto a los niños.

Para preparar estas cocadas con leche condensada, solo necesitas unos pocos ingredientes básicos que probablemente ya tengas en tu despensa. La combinación de leche condensada, coco rallado, claras de huevo y esencia de vainilla resulta en unas cocadas que son dulces, jugosas y con una textura irresistible. La leche condensada añade una cremosidad que eleva el sabor del coco, haciendo que estas cocadas sean aún más ricas que las tradicionales.

El proceso de preparación de la receta es muy sencillo. Primero, en un bol grande, mezcla la leche condensada con el coco rallado y la esencia de vainilla hasta obtener una mezcla homogénea. Por otro lado, bate las claras de huevo a punto de nieve. Este paso es crucial, ya que las claras batidas aportan esponjosidad y ligereza a las cocadas. Luego, incorpora las claras batidas a la mezcla de coco y leche condensada de manera envolvente, asegurándote de mantener el aire en las claras para lograr una textura perfecta.

Con la mezcla lista, humedece tus manos y forma pequeñas bolitas del tamaño de una cucharada. Coloca cada bola en una bandeja para horno previamente enmantequillada o cubierta con papel mantequilla para evitar que se peguen. Este paso es ideal para que los niños participen haciendo las cocadas, ya que hacer las bolitas es divertido y seguro para ellos.

Finalmente, hornea las cocadas en un horno precalentado a 170° durante aproximadamente 14 a 16 minutos, o hasta que estén levemente doradas. La clave está en no dejarlas demasiado tiempo en el horno para que mantengan su jugosidad. Una vez horneadas, deja que se enfríen antes de disfrutarlas.