Cocina

Galletas de almendra, aprende a hacer esta sencilla receta en solo 15 minutos y con 4 ingredientes

Estas galletas se pueden conservar en una caja de metal, manteniéndose frescas y crujientes durante varios días.
sábado, 18 de mayo de 2024 · 19:30

Las galletas de almendra son una delicia sencilla y rápida de preparar, perfectas para aquellos que buscan una opción sin gluten. Elaboradas con harina de almendras, azúcar glas y clara de huevo, estas galletas son tanto deliciosas como nutritivas. Al no contener harina de trigo, son ideales para personas con intolerancia al gluten o que prefieren evitarlo en su dieta.

Para comenzar la receta, puedes optar por utilizar almendras ya trituradas o triturarlas tú mismo. Si decides triturarlas, puedes usar almendras peladas para obtener galletas de un color más claro. Sin embargo, si solo tienes almendras con piel, no te preocupes; tus galletas serán un poco más oscuras, pero igualmente deliciosas. Esta versatilidad es uno de los grandes atractivos de esta receta.

El proceso de preparación de la receta es increíblemente sencillo y solo requiere unos pocos utensilios. Necesitarás unas varillas para mezclar los ingredientes: azúcar glas, harina de almendras y clara de huevo. La mezcla se convierte en una masa homogénea en cuestión de minutos. Este método no solo es rápido sino también muy eficiente, permitiendo que las galletas estén listas para hornear en un abrir y cerrar de ojos.

Una vez que la masa para las galletas de almendra está lista, se divide en 15 porciones del tamaño de una nuez. Con las manos mojadas para evitar que la masa se pegue, se bolea cada porción y se coloca en una bandeja forrada con papel de horno. Las bolas de masa se aplastan ligeramente y se decoran con una almendra entera en el centro, añadiendo tanto sabor como una presentación atractiva.

El horneado de las galletas se realiza a 180°C durante aproximadamente 15 minutos, hasta que estén doradas. Es importante dejarlas enfriar en la bandeja para que se terminen de cocinar con el calor residual. Este paso asegura que las galletas adquieran la textura perfecta: crujientes por fuera y ligeramente tiernas por dentro. Finalmente, una vez frías, las galletas están listas para disfrutar. Son perfectas para acompañar un café o té, y su sabor a almendra es irresistible.