Plantas
Cuál es la fruta que hará crecer tu árbol de jade en tiempo récord
Añadir un árbol de jade a tu espacio no solo mejora la estética, sino que también aporta un toque de buena fortuna.Originaria de Sudáfrica, el árbol de jade ha encontrado su camino en hogares y jardines de todo el mundo, convirtiéndose en un símbolo de elegancia y prosperidad. Esta planta pertenece a la familia Crassulaceae y se caracteriza por sus hojas carnosas y brillantes, que a menudo tienen un tono verde jade, de donde viene su nombre.
Esta suculenta puede crecer tanto en forma arbustiva como arbórea, alcanzando alturas considerables cuando se le proporcionan las condiciones adecuadas. Aunque el árbol de jade es resistente, es esencial controlar sus flores, ya que si hasta el momento no las ha mostrado existe un abono natural que podes preparar fácilmente en casa con solo dos ingredientes comunes: tomate rojo y agua.
Abono natural para estimular la floración
Con este sencillo abono, podes despertar la vitalidad de tu árbol de jade y permitir que florezca en todo su esplendor, ya que el tomate rojo, actúa como una fuente natural de vitaminas y minerales esenciales para las plantas. Este fertilizante casero proporciona vitaminas A, B1, B2 y C, junto con importantes nutrientes como calcio, fósforo, potasio y sodio.
- Ingredientes:
- 100 gramos de cáscara de tomate rojo (aproximadamente la piel de 5 tomates).
- 1 litro de agua.
- Preparación:
- Coloca las cáscaras de tomate rojo en un recipiente y añade el agua.
- Lleva la mezcla a ebullición y deja hervir durante dos minutos. Luego, apaga el fuego y permite que la preparación se enfríe.
- Una vez enfriado, tritura el concentrado en una licuadora y cuela el abono natural resultante en un frasco de vidrio.
- Aplicación del abono:
- Mezcla una parte del concentrado de tomate rojo con dos partes iguales de agua.
- Rocía esta solución sobre las hojas y la tierra del árbol de jade, manteniendo una distancia de aproximadamente 15 cm.
- Durante las estaciones más cálidas, aplica el abono una o dos veces por semana. Mientras que en invierno, reduce la frecuencia a una vez al mes.