Cuál es el secreto de viveros y jardineros para que las hojas de sus plantas no se quemen con el sol

Un jardín saludable es sin dudas una de las pretensiones de los fanáticos y fanáticas de las plantas y una porción  muy importante de la salud de nuestro jardín reposa en la cantidad de luz del sol que cada una de las integrantes de nuestro espacio verde requiere para crecer sana y fuerte encontrando la dosis justa de luz cuando se trata de este tipo de cuidados.

Más allá de la necesidad de sol que poseen nuestras plantas, cada una de ellas debe también tener cuidados respecto a las altas temperaturas y las quemaduras que la propia fuente de luz puede generar en nuestro jardín. Muchas veces la sobreexposición a la luz solar complejiza nuestro panorama y termina perjudicando el crecimiento de los ejemplares.

Lo primero cuando se trata de sol y plantas es conocer cuál es la necesidad justa de iluminación y calor que cada ejemplar de nuestro jardín puede tolerar para conocer cuál es la manera correcta en la cual debemos ubicar cada uno de los ejemplares en pos de que la salud de los mismos no corra peligro y crezcan sanamente.

Si las plantas de nuestro jardín no requieren de una amplia cantidad de sol para su crecimiento y las exponemos a grandes cantidades del mismo lo más probable es que terminemos perjudicando el crecimiento y la salud no solo de ese ejemplar sino también el del resto de los ejemplares que la rodean en nuestro espacio verde.

Lo ideal es hacer una investigación de cuáles son las plantas que poseemos en nuestro jardín y consultar sobre la cantidad de sol que cada una requiere para evitar que las altas temperaturas y el exceso de luz solar termine dañando su verdor y su buen estado generando el efecto contrario al que deseamos lograr.