Dale vida a tu jardín

Haz este efectivo abono con este elemento que siempre tiras a la basura para que tu jardín estalle de flores

Quizás pienses en tirarlas a la basura, pero esto puede servirte como un abono efectivo para el suelo de tu jardín.
miércoles, 14 de junio de 2023 · 08:40

La sandía es una de las frutas más consumidas en el verano, por la frescura y dulzura de la pulpa que contiene en su interior. Sin embargo si consumes una gran cantidad, lo único que queda es el resto de la cáscara que lo cubre y sus pequeñas semillas. Quizás pienses en tirarlas a la basura, pero esto puede servirte como un abono efectivo para el suelo de tu jardín.

Si bien la cáscara de la sandía es consumible como alimento humano, por ser dura y amarga, puede tener otro fin más adecuado. Esto se trata de reutilizar sus restos para que no terminen en la basura, junto con otras cosas. Por eso, te traemos formas ideales para utilizarlo como abono para mantener tu jardín más verde.

¿Cómo usar las cáscaras de sandía en el jardín?

Quienes saben de jardinería comprenden que las cáscaras de sandía son beneficiosas para el crecimiento de vegetación natural. Pero esto no lo es así para quienes no están al tanto del tema, por ser visto como un desperdicio que no ofrece nada. En realidad estas cáscaras y sus semillas, pueden ser beneficiosas como un abono para el jardín y fortalecer las plantas.

Abono de cáscaras de sandía: realizar un abono casero es una tarea fácil, ya que primero debemos almacenar la mayor cantidad posible de desechos orgánicos. Porque además de las cáscaras de sandía, también se puede sumar otras frutas y saquitos de té o café. Mientras son almacenadas en un bote de plástico, debemos ir triturando para que los nutrientes sean más efectivos en las plantas como en el jardín.

Fuente: Canva

Una vez trituradas las cáscaras de sandía, el abono puede ser colocado en el jardín, macetas o huertos. Luego debemos estar atentos a los días de regado de las plantas. Según especialista en jardinería, el riego debe ser cada dos o tres días, en el verano, o cuando se observe el suelo totalmente seco.

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