Consejos para padres
¿Cómo sobrellevar el estrés de niños y adolescentes por la pandemia?
Tanto el encierro producido por las cuarentenas, como el cambio radical en la vida diaria con el cierre de colegios y universidades, han generado en los más jóvenes situaciones que han alterado profundamente su cotidianidad y una de las principales dificultades ha sido el gestionar la ansiedad.La distancia con los amigos, el quiebre de la rutina de juegos y estudio, las restricciones de desplazamiento e incluso los cambios en la alimentación, han sido solo algunas de las dificultades que a nivel global han afectado a los niños, niñas y adolescentes que, de un día para otro, tuvieron que aprender a estar encerrados por su propio bien, pero que no siempre han resuelto el poder sobrellevar el estrés que ha significado el confinamiento y la crisis sanitaria.
Dentro de este contexto la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha levantado una gran cantidad de material para ayudar a los adultos a generar espacios confortables que permitan que los más jóvenes tengan la posibilidad de salir adelante de esta situación tan compleja.
A continuación los consejos de la OMS
Cómo ayudar a los niños a gestionar el estrés durante el brote de COVID-19
- Los niños pueden responder al estrés de diversas formas, por ejemplo, mostrándose más dependientes, preocupados, enfadados o agitados, encerrándose en sí mismos o mojando la cama.
- Muéstrese comprensivo ante las reacciones de su hijo, escuche sus preocupaciones y ofrézcale más amor y atención.
- Los niños necesitan el amor y la atención de los adultos en los momentos difíciles. Dedíqueles más tiempo y atención.
- Acuérdese de escuchar a sus hijos, hablarles con amabilidad y tranquilizarles.
- Cuando sea posible, organice momentos de juego y relajación con su hijo.
- En la medida de lo posible, trate de mantener a los niños cerca de sus padres y familia y evite separarlos de las personas que se encargan de su cuidado. En caso de separación (por ejemplo, por hospitalización), asegúrese de mantener el contacto frecuente (por ejemplo, a través del teléfono) y de ofrecer consuelo.
- Mantenga las rutinas y los horarios habituales en la medida de lo posible, o ayude a crear otros diferentes en el entorno nuevo, en particular actividades escolares y de aprendizaje, así como momentos para jugar de forma segura y relajarse.
- Explique lo que ha pasado y cuál es la situación actual y dé a los niños información clara sobre cómo pueden reducir los riesgos de contraer la enfermedad; utilice palabras que puedan entender en función de su edad.
- Facilite también información sobre situaciones hipotéticas (por ejemplo, un miembro de la familia y/o el niño empiezan a encontrarse mal y tienen que ir al hospital durante un tiempo para que los médicos puedan ayudarles a recuperarse).