Nutrición y pandemia:

Reducir el consumo de carne para salvar la salud del planeta

Una de las mayores alteraciones que hemos sufrido como sociedad ha sido en lo que tiene que ver con la alimentación, ya que desde la imposibilidad de salir a comprar, así como el cambio inevitable de nuestras costumbres, han modificado la alimentación a escala global.
martes, 30 de junio de 2020 · 20:05

Ya no podemos salir a un restaurante. Y muchas veces nos cuesta encontrar los ingredientes que antes nos resultaban comunes. Además, producto del desabastecimiento provocado por las cuarentenas, hay muchas cosas que subieron de precio y la economía no está para lujos. Con todos estos antecedentes en la mano no cuesta entender que nuestra manera de alimentarnos cambió profundamente, y no solo en el plano de lo local, sino a escala mundial.

La carne, y todo el mercado que está vinculado a ella, ha sido desde hace años un tema de discusión y confrontación. No solo porque la industria agropecuaria ha tenido que recurrir a mecanismos muy cuestionados para poder producir la carne que la gente requiere día a día, sino además porque es un recurso que genera un impacto ambiental importante que, en momentos de crisis global como la que vivimos, se vuelve mucho más notorio que antes. 

 

Nuevos desafíos, nuevas pandemias

Obviamente no estábamos preparados para lo que estamos viviendo, sin embargo este tiempo de restricciones y de pandemia ha sido una excelente oportunidad de prepararnos como sociedad para futuras crisis como esta. En las últimas horas se dio a conocer de una nueva gripe que tiene las condiciones para convertirse en pandemia, y con ese tipo de peligros sanitarios (sin alarmarnos, pero sí siendo precavidos) tenemos que aprender a vivir.

Con el reciente descubrimiento de esta nueva cepa se restablece el vínculo entre el hecho de comer carne y la forma en que se afecta la salud global que, dicho sea de paso, no es algo que los científicos y los políticos estén tomando como un tema a la ligera, sino que se está volviendo más común en la discusión sobre cómo se previenen las crisis de salud global en el futuro.

Otro de los puntos a considerar es la evidencia de infecciones en personas que trabajaban en mataderos y que son parte de las operaciones en la industria de la cría de cerdos. Con eso en vista se descubrió que esta nueva cepa de gripe, conocida como G4 EA H1N1, ha sido común en los trabajadores en China desde el año 2016. Por eso es que los científicos están preocupados de que este "nuevo" virus pueda mutar para propagarse fácilmente persona a persona causando un brote global, tal como lo hizo el COVID-19.

Los problemas de la carne

Pongámoslo en contexto: Las enfermedades zoonóticas, como el Covid-19, son aquellas que pueden propagarse entre animales y humanos. A lo largo de la historia, en todo el mundo, han sido la causa de muchos brotes, incluidos el H1N1 y el ébola. Sin embargo, hay poca evidencia que sugiera que comer menos carne reduzca directamente la aparición de brotes de enfermedades mortales.

Según el Programa de Medio Ambiente de las Naciones Unidas, el factor que más incide en la reducción de contagio es el mayor contacto cercano que tenemos hoy en día entre humanos y animales, tales como cerdos, murciélagos o pájaros, lo que permite que los patógenos salten con facilidad entre especies. En el año 2016 se identificó la creciente invasión de la agricultura animal en los ecosistemas naturales como un factor impulsor de las enfermedades zoonóticas, advirtiendo que la "revolución ganadera" podría conducir a un desastre potencial, producto de alimentos que son parte de las costumbres alimenticias de la población y que, potencialmente, son más propensos a generar contagios.

Alternativas saludables

Sin dudas con esta pandemia hemos comenzado a considerar dentro de la dieta muchos más vegetales que los que estábamos a consumir antes de ella. Por eso es que desde hace un tiempo no solo las personas, sino también los gobiernos, han comprometido esfuerzos en reducir de la dieta los alimentos que son reconocidos como "más perjudiciales" para la salud. Y la carne, que es parte fundamental de la alimentación de la mayor parte de la gente, ha sido de a poco reducida a consumos más conscientes y menos excesivos. 

Aumentar progresivamente el consumo de frutas y verduras es el primer paso para lograr, con el tiempo, una dieta que a nivel global permita bajar los niveles de contaminación producidos por la industria agropecuaria. Y también es una de las maneras de que aquellas enfermedades que se producen por causa del contacto entre humanos y animales sea cada vez menor. 

Es fundamental que sepas que no es necesario que dejes la carne, en caso de que te guste mucho, ni que le tengas miedo a su consumo, sin embargo es muy importante que siempre tengas en cuenta que, tal como dice el refrán "Somos lo que comemos" y por eso es fundamental que pienses que tu dieta no solo es una elección personal, sino que tiene relación con muchos procesos a nivel global que, tal como ahora, pueden ser determinantes en la salud de todos.