Una fiesta en Movistar Arena

Cumbia, emoción y reencuentro en la Gran Noche de la Corazón

La Gran noche de la Corazón cumplió la promesa de hacernos bailar por los dos años de pandemia en los que tuvimos el cuerpo guardado, en un Movistar Arena donde no se pasó frío porque estuvimos juntos y bailando.
sábado, 16 de julio de 2022 · 18:37

El Show fue abierto por el Bloque 8, actuales ganadores del Premio Musa a Mejor Artista Tropical. Haciéndole honor al premio, apenas comenzó la música, las 15 mil almas dentro del Movistar comenzaron a moverse para entrar en calor y celebrar a la Número Uno. 22 minutos de canciones fueron el comienzo preciso de una jornada prometedora.

Con toda la pila, la música siguió a cargo de la Combo Tortuga que, además se dio el gustito de subir al escenario a Karla Melo, actriz, cantante e intérprete de la famosa frase de El Reemplazante: ‘Voh no sabí querer’ quien además, es la polola de Dunguita

Esto ocurrió después de que Chanchiguagui apareció en medio del show de La Combo Tortuga para presentar a Karla quien cantó la romántica canción ‘Te Pido’ a dúo con su media naranja y terminaron la linda presentación con un besito que le regaló un segundo de amorosa intimidad al público.

Después del entretenido show que se mandaron los chiquillos de La Combo Tortuga, apareció en escena una leyenda: Pato Torres vestido de Eglantina Morrison.

Pero no llegó sola al escenario de la Corazón, sino en la compañía y por primera vez en vivo la queen de las queens: la Señora Nelly. Colgadas de una copa de champagne las viejas hicieron lo que pudieron para entretener a un impaciente público que podía anticipar ansioso que se acercaban Los Vásquez por el movimiento de instrumentos que estaba sucediendo mientras comentaban los cahuines del backstage. 

En cosa de, tal vez, demasiados minutos para las calcetineras más radicales de Los Vásquez, al fin presentaron al dulce jarabe de hermanos que, acordeón y guitarra en mano, asaltaron el corazón del público con su encanto característico y repertorio generoso en los éxitos que nos han musicalizado la vida voluntariamente o no, ya que indudablemente a estas alturas ya son parte esa cultura más popular que nos permite ser un justamente eso: un nosotros.

Cerraron una presentación impecable y emotiva con “Miénteme otra vez” y fueron varias las lolas que soltaron sus lagrimones. La emoción estaba en el aire. 

En este punto del show debo destacar la excelente experiencia a nivel de organización: buen audio, rico ambiente, buena temperatura, un entorno limpio, seguro, bello. Lo más importante: baños limpios y con papel higiénico. Integridad ante todo. 

Lo mejor, además del show en sí mismo: la calidad humana de les trabajadores. El personal de seguridad amable y simpático al mirar con paciencia, respeto y alegría compartida incluso, cómo una pierde la compostura bailando, dándolo todo (dignidad incluída). Una grata experiencia.

Siguiendo con el mambo, luego apareció Chavito y Kaminski para seguir levantando la noche, mientras se alistaba el escenario para recibir a Noche de Brujas. La única banda que no ha faltado a ninguna de las “Gran Noche de la Corazón” que han sucedido a lo largo de los años.

Entre tallas, lo más destacable fueron los besos. Es increíble que la clásica "Kiss Cam" siga funcionando tan maravillosamente. 

En las dos pantallas laterales, las parejas que querían darse un beso en público tenían que levantar la mano. Rápidamente derivó en que a cada pareja que apuntaba la cámara debía besarse. Sencillamente un momento hermoso. La alegría que suscita en la gente el verse en la cámara y ver lo dispuesta que está a agarrarse a patos por ello no tiene precio.

Luego el escenario se pobló de músicos en riguroso negro, los que, seguidos de un par de acordes característicos, rodearon a un Kanela que se iluminó en un terno blanco poderoso, bordado de calaveras.  

Con un repertorio sólido, Noche de Brujas hizo en media hora lo que sabe: nos dejó sudando y con menos ropa de la que llegamos. El frío y la llovizna de afuera no podía tocarnos. 

El calor humano adquirió otra magnitud y dimensión al terminar el espectáculo de Noche de Brujas, cuando se presentó el concurso de artistas callejeros, que ganó Marjorie Cerón, quién fue presentada como “mamá viajera y violinista”. 

Gracias a la radio nos enteramos de su conmovedora historia y por ello la premiaron con un suculento cheque que, en tiempos complejos como los que estamos transitando, le llegan bien a cualquiera. 

Marjorie salió al escenario con su violín sonando las notas de “Loca” y la gente coreó con ella la canción de Chico Trujillo para acompañarla en una circunstancia en la que las palmas no parecían lo más apropiado, pero no por ello, vamos a dejar de apañar. Yo también canté y la aplaudimos todos. 

En ese momento, para acompañar a Marjorie, apareció todo el equipo de la Corazón con el chocoso gigante. Luego se hizo la foto oficial con la Sita Evelyn luciéndose en el grupo de colegas como la única integrante del género femenino y después se despidieron del público para dar paso al espectáculo final: Santa Feria

Coherente, consistente, con un sonido impecable, con el Pollo haciendo lo suyo y un espectáculo precioso, debo confesar que vi el show con las manos en posición de pistola, a los saltos, a los gritos y dándolo todo. Ni te cuento cómo se sintió la bulla cuando apareció Roberto Márquez, del grupo Illapu en el escenario. Yo pensé que me iba a dar algo.

Cuando parecía que ya nada podía ser más perfecto, entró en escena el cuerpo de baile y el escenario se llenó de colores. 

Así las cosas: con Santa Feria bailando, el Pollo girando, Márquez gritando ¡Esooo! en medio de Si te marchas no hay manera El Movistar se vino abajo y una vez más, La Gran Noche de la Corazón cumplió con ser justamente eso: una Gran noche con mayúscula, un gran recuerdo para nutrir de cumbia a estos corazones que, a pesar de estar en circunstancias históricas que parecen dividirnos, insistimos en juntarnos en torno a esas canciones que nos hacen sentido porque describen tan bonito quienes somos cuando somos auténticos y tenemos los huevos y los ovarios de mostrarnos vulnerables. 

Hermosa noche y eternos agradecimientos a todos quienes la hicieron posible. 

Galería fotográfica de La Gran Noche de la Corazón:


Por Angela Barraza Risso con fotos de Arturo Ledezma