En De tú a tú

La profunda confesión de Sigrid Alegría: habló de los duros momentos vividos en su accidente automovilístico

Este domingo, en un nuevo episodio de “De tú a tú'', Martín Cárcamo conversó a fondo con la reconocida actriz de teatro, cine y televisión, Sigrid Alegría. En una íntima charla, la intérprete desclasificó momentos de su vida nunca antes revelados. Y lo hizo en la casa de su padre, en la comuna de La
lunes, 4 de abril de 2022 · 08:55

La conversación a fondo comenzó cuando Martín le preguntó sobre la infancia. Ahí la actriz contó que nació en Alemania, en la ciudad de Rostock, con su padre en Moscú. “Dicen que viéndole las piernas a la Gladys porque las tenía muy bonitas” bromeó la actriz, y su madre en la maternidad sin hablar  nada de alemán, por lo que le designan una traductora que se llamaba Sigrid. Por eso ese es su nombre.

“Yo a los cuatro años tenía despertador, me vestía sola, hacia mi lonchera, dejaba la tetera puesta, que era el despertador de mi mamá… yo creo que mi mamá era una mujer que vivió con mucha pena porque su papá murió a los nueve años y ella nunca logró superar eso”. Esta es una de las explicaciones que comentó la actriz para entender la forma de ser de su progenitora.

Además agregó, “ser madre en estas condiciones era difícil… el comunismo, que era una razón por la que ella vio morir a muchos amigos, perdió a su familia y se encontraron con un país que finalmente no era lo que ellos pensaron que iba a ser, en que había hartas restricciones, había control, había vigilancia… no existía esa libertad”.

Continuó, “creo a que a ella le costó mucho la maternidad, no le gustó la maternidad, encontró que era tediosa, difícil”. En tanto, añadió que sus padres se separaron precisamente cuando ella tenía cuatros años y era una niña muy obediente y ordenada, y su madre era bastante fría y castigadora. Era una mujer que le costaba entregar cariño. 

Un tema doloroso para Sigrid fue la violencia intrafamiliar que sufrió durante un tiempo, esto en relación con lo castigadora y la dureza que tuvo su madre para criarla, cosa que aumentó cuanto se volvió a casar, con otro hombre, igual de duro que ella.  

A los ocho años, la familia se traslada a Holanda, donde descubrió un mundo nuevo, otro idioma, el “Pato Donalds”, la educación Montessori, que fue un método más amable para ella que sufre de déficit atencional en relación a la lectura y a los números. Además, todo el grupo chileno se reunía a hacer música y artesanía. 

En 1985 llega a Chile a los 11 años, y a pesar de no querer venirse a Chile, pues era “un país que estaba en guerra”, para ella era importante sentirse chilena. Sin embargo, contó que le dieron muchas instrucciones, “nunca digas de dónde vienes, ni hables de tus apellidos, no digas nunca donde vives, si ves un camión de milicos date la vuelta”... y no lo pasó bien.

Detalló, “siempre fui la extranjera… era colorina, no tenía religión y además tenía costumbres extrañas… como sacar a bailar a un hombre en la primera fiesta de curso en sexto básico”. En relación a esto, agregó que siempre se llevó mejor con los hombres que con las mujeres y, además, con los más grandes. “Entré a un curso donde todavía estaban con los ‘Thundercats’ y las ‘Barbies’ y yo ya estaba viendo videos musicales, otra volada”.

En “De tú a tú”, Sigrid Alegría contó detalles de su relación con su progenitora y cómo intentó arreglar los conflictos con ella, antes que falleciera, cosa que fue muy difícil de lograr. “No pude resolver mucho, por lo tanto, como dos años antes que ella falleciera, me despedí de ella porque no me aportaba. Sin embargo, me dolía mucho”, confesó la intérprete.

“Yo quería que ella me quisiera más, que me cuidara más o que me celebrara más las cosas, que me dijera que bonito tu pelo... siempre me encontraba algo malo. Yo nunca me sentí lo suficiente”. Esas reflexiones significativas realizó Sigrid al reconocer que su madre fue una mujer muy triste, que quedó cesante y ese mismo día su marido la dejó, “se echa a una cama y ahí se quedó 20 años, en una cama, teniendo hijos chicos. Las responsabilidades las abracé de mis hermanos chicos y de ella también”.

Terminando este doloroso tema, la intérprete, emocionada, comentó, “nunca logré entenderme, nunca estuve tranquila, ella siempre me dolió. Sí hoy me quedo tranquila, con que hice lo posible para que nos encontráramos con esta mujer que me tenía que cuidar o querer… pero no lo pudo hacer”.

Siempre en clima de íntima conversación, Martín le preguntó por la maternidad. A los 23 años, vivía con su mamá y pololeaba con el actor Andrés Velasco, con quien era compañero en la escuela de teatro y luego de tres meses de pololeo, quedó embarazada. Como no quería criar a su hijo en la casa de su madre, se fue a vivir en comunidad, con varios artistas. Luego que su hijo Alonso nació, decidieron irse a vivir con Andrés, ya como familia.

Ya separada del padre de su hijo, entró a la Compañía de Teatro de Gustavo Meza y fue en una obra de este grupo, que la vio la directora de teleseries del segundo semestre de TVN de esa época, María Eugenia Rencoret, quien la invitó a participar de una telenovela, pero Sigrid se negó, porque quería terminar la carrera. Luego, la volvió a invitar y la actriz le cuenta que está embarazada, a lo que la directora le responde, “'ten tu guagua y vuelve...', y así lo hice y di la prueba de cámara con Pancho Melo y quedé”.

Recordó su primera teleserie en TVN, “estaba en las micros, en los paraderos, me invitaron a los estelares”. Esto debido a que fue una de las protagonistas de “Borrón y cuenta nueva”, a los 23 años y su papel era el de una novicia, “un personaje donde yo no tenía ninguna información… me fui a meter a un convento y hablar con una de las monjitas que hacían trabajo social en la calle”, rememoró.

Otro momento importante en la vida de la actriz, fue el accidente en el año 2007, cuando chocó con el muro de un antejardín de una casa particular. Frente a este tema desclasificó, “yo llevaba, cuando choqué, un año de rehabilitada. Yo ya había hecho un año de terapia de rehabilitación en cocaína, me estaban dando de alta”.

Frente a la pregunta de Martín Cárcamo, desde cuándo consumía cocaína, confesó, “desde que empecé a exigirme ser lo más flaca posible para seguir con la pega”. “Me mantenía flaca con energía… y me servía, me funcionaba; pero llegó un minuto en que yo necesitaba salir. Esta euforia constante era agotadora, necesitaba encontrarme con la ternura. Ya tenía un hijo que era un poco más grande”.

Alegría confidenció que muy poca gente sabía esto, “porque no consumía para carretear, no era social, lo consumía para no engordar”. En relación a este tema, hizo una cruda descripción del ambiente en televisión y de la fama, “me sirvió mucho para enfrentar todas las guerrillas dentro de la fama, de la tele y de la competencia… de la belleza, la competencia con mis compañeras, con las otras actrices, con los hombres… que las actrices éramos todas regaladas… y empezaban a manipularte con tus contratos y que las actrices te escondían la ropa”.

Es así como conversó sobre lo difícil que fue entrar inmediatamente de protagonista, y cómo el consumo de cocaína le permitió no comer y tener más energía; además, la sustancia le hacía sentirse insensible, y así no le importaba no tener amigas dentro del camarín. Su consumo fue diario y duró seis años. Confesó que se empezó a enfermar y le provocó el efecto contrario, empezó a engordar y al final le agregó alcohol, lo que empeoró la situación.

Sigrid Alegría entró a una terapia grupal y se encontró que había otras personas que también trabajaban en televisión, “éramos varios los que queríamos salir de ahí y teníamos esta presión. En esa época la tele tenía un valor muy grande y era una mina de oro, la diferencia entre estar y no estar era gigante”.

Aclaró que fue en la época en que uno está armando su carrera, entonces trabajó mucho y si eran 14 horas seguidas de trabajo, lo hacía. “Tenías que ser hermosa, simpática, inteligente, trabajadora, correcta, porque si socialmente no eres correcta, no sirves, porque tenías que ser ejemplar… era muy exigente y no me lo quería perder”, confesó.

La actriz estuvo un año en terapia y cuando le preguntaron si estaba feliz, respondió que no, “estoy súper aburrida, son todos los días iguales, estoy enormemente gorda, no tengo amigos ni amigas de mi generación… no encuentro ningún premio a esta cuestión”.

Cuando ya casi había terminado el tratamiento, tuvo recaída, por lo que recurre a su terapeuta, que le da una pastilla para ayudarla en el proceso. Sin embargo, la actriz siente que no le hace efecto y compró una botella de pisco sour, sin saber que esa mezcla provocaba “demencia momentánea”. Ese fue el día que tuvo el choque contra el muro de un antejardín en una calle de Providencia en el año 2007. Ella no recuerda el momento del accidente y solo tiene algunas escenas de los días posteriores.

Nunca había contado su adicción y frente a la pregunta de Martín de por qué lo cuenta ahora, respondió: “Porque me atrevo, porque han cambiado los tiempos, han pasado muchas cosas en Chile que a uno le permiten ser honesta, porque creo que puede ayudar… sé puede salir de las cosas, tienes que tener una buena razón. Mi primera razón fue el Alonso”. Además, agregó que existió la posibilidad de haber quedado con algún daño neurológico y eso le dio mucho susto.

Después de esta experiencia extrema, comenzó un nuevo tratamiento y logró recuperarse de la adicción, comprendió que la vida no siempre tiene que ser tan “adrenalínica” y hace 15 años que no consume nada de drogas y no bebe alcohol.

En “De tú a tú”, Sigrid Alegría conversó también sobre su matrimonio con el productor musical Juan Andrés Ossandón, con quien estuvo casada tres años y tuvo dos hijos, Baltazar y Luciano. Contó que se casó con él para formar un proyecto familiar, pero él se casó con un proyecto económico, y no fueron compatibles.

Los dos embarazos fueron muy complicados para la intérprete, con el primero tuvo que hacer mucho reposo y en el segundo, luego de un momento muy violento con su ex pareja, tuvo al bebé a los seis meses, con un peso de un poco más de un kilo. A esto se unió su hijo mayor, que estaba en plena adolescencia y con problemas hormonales, por lo que tuvo que recurrir al padre, el actor Andrés Velasco, quien se lo llevó a vivir con él. Estos tiempos fueron muy duros para la actriz, con un niño que aún no gateaba y con el recién nacido en peligro de vida en neonatología. “En esa situación estuve dos años, lo pasé muy mal y era muy lejano al proyecto de familia que yo tenía”, relató Sigrid muy emocionada.

En la actualidad, la actriz no tiene relación con el padre de sus dos hijos menores, y contó que estuvo dos años y medio sin recibir pensión alimenticia, y que debido a los retiros del 10% de las AFPs, se dio cuenta que es un problema muy común entre las madres: la falta de apoyo en el pago de las pensiones por parte de los padres hacia sus hijos.

En “De tú a tú”, Martín Cárcamo le mostró a Sigrid Alegría un mensaje de su hijo mayor, Alonso, quien se refirió al gran apoyo que ha tenido siempre de su madre y que le ha dado la libertad para moverse en la vida. Pero frente a cualquier problema, sabe que el apoyo de ella es incondicional. Frente a estas palabras, la actriz se emocionó hasta las lágrimas, “parece que no hice tan mal la pega”.

En otro momento del episodio de "De tú a tú", Sigrid mencionó a su actual pareja, el youtuber Francisco Germain, con quien mantiene una estable relación desde el año 2018, “nos tomamos nuestro tiempo (al comienzo del vínculo)… hasta que un día dijimos ‘juntémonos’”.  

En tanto, la intérprete recordó cuando fue reina del Festival de Viña del Mar en el año 2014, con el eslogan “vota por mí y me tiro a la piscina sin tela”, campaña en que lo dio todo e incluso quedó sin voz; un momento, sin duda, memorable que es recordado como uno de los “piscinazos” más sexies del festival viñamarino.

Finalmente, para terminar esta íntima conversación, donde hablaron de lo humano y lo divino, pasaron al jardín donde se encontraba el papá de Sigrid, el arquitecto Julio Alegría, y su pareja Patricia, quién realizó un "trabajo de joyería" para que Sigrid se acercara a su padre en la época de la adolescencia, consiguiendo con esto unir a toda la familia.

En el patio de la casa, el padre de la actriz, contó cómo se originó el grupo “Aparcoa”, del cual Sigrid ha sido integrante de manera intermitente, donde interpretan cuecas callejeras de percusión, inspiradas en los obreros de la construcción, terminando con la interpretación de esta música nacional.