Hizo olvidar los problemas previos al show

Metallica en Chile entregó uno de los mejores conciertos del año que iluminó la noche santiaguina con fuego y metal

La banda Metallica realizó el miércoles 27 de abril su esperado show en Santiago de Chile y retribuyó la paciencia y el cariño del público con un show potente y preciso que fue coronado con una puesta en escena de primer nivel. 
jueves, 28 de abril de 2022 · 12:00

Metallica se presentó en Chile el 27 de abril de 2022. James Hetfield, Lars Ulrich, Kirk Hammet y Robert Trujillo llegaron a Santiago y dejaron en el Club Hípico un poderoso show que será recordado como un espectáculo de primerísima calidad que, a pesar de todas las dificultades, terminó siendo una experiencia inolvidable. 

Ya sea por la compleja situación que significó acceder al show y las largas filas que jamás olvidaremos, como por la insuperable calidad y puesta en escena del concierto, esta fecha se quedará en la memoria de todas las fanáticas y fanáticos de la banda que en dos horas vivieron un momento único.

Resumido en chileno podemos decir que el concierto de Metallica terminó siendo un “Lindo momento frente al caos” como dirían los Fiskales Ad-Hok

Y es que al final fue la propuesta artística de la banda lo que dejó con un buen recuerdo a los asistentes que terminaron con la energía a tope y con la sensación de que todo lo vivido en la previa tuvo un merecido premio.

Metallica en Chile: La previa

Para los miles de fanáticos que repletaron el Club Hípico la noche del miércoles 27 de abril la espera comenzó hace meses cuando se postergó el show por la pandemia, y se volvió una pesadilla cuando recientemente se anunció que la autoridad deportiva chilena prohibió que se realizara en el Estadio Nacional

Entonces desde hace ya mucho tiempo el show comenzó a ser un dolor de cabeza para quienes tenían su entrada, así como para la producción que tuvo que cambiar la localidad en tiempo récord. 

Luego de la posibilidad de que el show no se realizara y con la incertidumbre angustiante de la espera se confirmó el Club Hípico como el nuevo recinto que la noche del miércoles resistió como pudo ante la improvisación y la enorme lluvia que cayó 24 horas antes sobre Santiago de Chile.

EFE / Archivo

Y siguiendo la lógica de que en Chile a veces nos toca tener que aprender a mirar el vaso medio lleno los miles de asistentes de Metallica comprendimos que, más allá de todas las esperas, el barro, los ‘apretujones’ al ingreso y las filas eternas, había que valorar también que a pesar de que estamos en pandemia y que hora antes la ciudad estaba colapsada por la lluvia el concierto de todas maneras se hizo.   

Un enorme escenario con una letra M a la izquierda y una A a la derecha recibió a los fanáticos que, minutos después, vieron como esa enorme estructura proyectó un impresionante juego de luces, pantallas gigantes con alta definición, efectos visuales en vivo y fuego… muchas llamas y fuegos artificiales fueron escupidas desde ese coloso metálico que fue un lujo de montaje, video y sonido. 

Metallica en Chile: El show

Cuando con una hora y tres minutos de retraso sonaron los primeros acordes del tema “The Ecstasy of Gold”, compuesto por Ennio Morricone para la película ‘El bueno, el malo y el feo’, todos aplaudimos con satisfacción. Porque esa es la música con que Metallica abre sus conciertos hace tres décadas, y entonces la angustia y el nerviosismo pasaron a ser euforia y felicidad por tener al fin a la banda en Chile.

El show abrió con “Whiplash”, canción de 1982 aparecida en el disco debut, "Kill 'Em All", y que años más tarde fue versionada por Mötorhead, con lo que se adelantó que el show iba a ser un repaso por los sonidos más potentes, identitarios y cabeceados de la banda. Y fue así que se dejó en claro que el concierto era también un virtuoso agradecimiento a todos quienes llevan 40 años escuchando Metallica. 

Acto seguido el temón de 1984, “Ride the Lightning” sonó fuerte y con él se desató la locura metalera en el Club Hípico

Después vino el turno de un salto temporal hasta 1997 cuando golpearon con una versión de la canción “The Memory Remains”, acompañada con un hermoso diálogo de video en el que se vio el clásico segmento en que Marianne Faithfull (la cantante inglesa que alguna vez estuvo casada con Mick Jagger) hace las voces del coro acompañada con un acordeón. 

El cabeceo y los dedos en cacho volvieron a llenar desde la galucha hasta cancha VIP cuando sonó fuerte y profundo la canción “Seek & Destroy”, de 1983, seguida de otro salto temporal con “Through the Never”, del 2013. 

Posteriormente vino el turno de una de las canciones más “oreja” de Metallica porque sonó “One”, pista aparecida en el disco “...And Justice For All” de 1989 y que fue una de las canciones que sonó tupido y parejo en la FM de fines de los ochenta y principios de los noventa. 

Al finalizar James Hetfield agradeció al público diciendo “40 años y ustedes siguen estando aquí. Son una familia muy leal”, y con esas palabras corroboró que la fanaticada que repletó el Club Hípico era una enorme mezcla generacional, cultural y social que tuvo como denominador común la discografía de Metallica.

Luego vino “Sad but True”, aparecida en el disco “Metallica” de 1993 y posteriormente “Moth Into Flame” del disco , “Hardwired... to Self-Destruct” de 2016. Y así el show fue un paso constante de una década a otra porque apareció la que es considerada una de las canciones más famosas de la banda: “The Unforgiven” de 1991. 

La noche siguió con “For Whom the Bell Tolls”, tema inspirado en el libro homónimo de Ernest Hemingway (traducido al español con el título “Por quién doblan las campanas”).

Luego volvió todo el power y los cabeceos cuando sonó fuerte “Creeping Death” la canción aparecida en el 1984 y que ha sido una constante en los conciertos de la banda, así mismo volvió a poner un toque rudo y potente que le dio un ochentero vigor metalero a la fría noche santiaguina.

Cuando ya la jornada se encaminaba a morir apareció una versión de “No Leaf Clover” del álbum en vivo “S&M” que estuvo acompañada de efectos de video muy al estilo TikTok, llenos de brillos y destellos simples y novedosos. 

Posteriormente sonó lo que sería, sin lugar a dudas, el comienzo del final del espectáculo con la clásica y siempre potente “Master of Puppets”, de 1986, que dio nombre al tercer disco de la banda. El público, ovacionando a los cuatro músicos y agradeciendo a la agrupación nacida en Los Ángeles finalizó con un largo “Olé, Olé, Olé… Meta…Lica” que pausó por unos segundos el show ante la mirada sonriente y agradecida de James Hetfield proyectada para todos por las enormes pantallas.

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El escenario se fue a negro y apareció iluminado por una enorme bandera chilena que fue el telón de fondo de la canción “Spit Out the Bone”, también del disco , “Hardwired... to Self-Destruct" (2016) y fue la antesala de una de las canciones más icónicas de Metallica: “Nothing Else Matters”.

Con la melodía cadenciosa y nostálgica los espectadores encendieron las linternas del celular iluminando el público y con los punteos de Kirk Hammett volvieron a aparecer los recuerdos y las largas jornadas de rock que han sido musicalizadas por esos acordes durante los últimos 30 años desde que se lanzó ese temón. 

“Enter Sandman”, escrita por Hammett, Ulrich y Hetfield en el año 1992 para el famoso disco “negro” de Metallica fue la encargada de cerrar una noche que terminó siendo perfecta a punta de buen rock, una increíble puesta en escena y un sonido impecable que hizo olvidar las complicaciones administrativas de las últimas semanas y la estresante y desordenada entrada al recinto.  

Junto con los últimos golpes de rock aparecieron los fuegos artificiales que iluminaron el Club Hípico y Metallica se despidió de sus fans chilensis de la mejor manera que podía: entregando un espectáculo inolvidable. 

Ya con música de fondo la banda aprovechó el micrófono central para agradecer. Robert Trujillo lanzó un "Chi, Chi, Chi, Le, Le, Le" que retumbó por todos los rincones y luego los cuatro músicos se quedaron un rato en el escenario tirando uñetas, baquetas, besos y dejando la promesa de volver pronto.

Y así, luego de dos horas de show Metallica se desvaneció hasta fundirse en negro dejando detrás suyo una de las experiencias musicales más potentes de este 2022.