Matthew Perry terminó con Julia Roberts porque temía que ella lo dejaría por este motivo

Matthew Perry dejó a Julia Roberts porque tenía miedo de que ella lo dejara. El actor de 'Friends' tuvo un romance con la estrella de 'Pretty Woman' en la década de 1990 después de persuadirla para que apareciera en la popular serie de comedia, pero confesó que terminó la relación porque no creía que fuera lo suficientemente bueno para la actriz de Hollywood. .

Escribiendo en su autobiografía 'Friends, Lovers And The Big Terrible Thing', que se publica por entregas en el periódico The Times, Matthew dijo: "Salir con Julia Roberts había sido demasiado para mí. Siempre estuve seguro de que ella se iba a separar". conmigo. ¿Por qué no iba a hacerlo? Yo no era suficiente, nunca podría ser suficiente, estaba roto, torcido, desagradable.

"Entonces, en lugar de enfrentar la inevitable agonía de perderla, rompí con la hermosa y brillante Julia Roberts.

"Ella podría haber considerado vivir en los barrios bajos con un chico de la televisión, y el chico de la televisión ahora estaba rompiendo con ella. No puedo comenzar a describir la expresión de confusión en su rostro".

La estrella de 53 años recordó cómo comenzó el romance cuando le pidieron a Julia que apareciera en 'Friends' en 1995 y los productores lo alentaron a contactar a la actriz después de que ella sugirió que solo aparecería si pudiera estar en una historia con el personaje de Matthew, Chandler Bing.

Él dijo: "Le envié tres docenas de rosas rojas y la tarjeta decía: 'Lo único más emocionante que la perspectiva de que hagas el programa es que finalmente tengo una excusa para enviarte flores'.

"Julia no solo accedió a hacer el espectáculo, sino que también me envió un regalo: bagels, montones, montones de bagels".

Perry reveló que la pareja intercambió cientos de mensajes de fax durante un "cortejo de tres meses".

Él recordó: "Tres o cuatro veces al día me sentaba junto a mi máquina de fax y miraba el papel que revelaba lentamente su próxima misiva. Estaba tan emocionado que algunas noches me encontraba en alguna fiesta compartiendo un intercambio de coqueteo con un mujer atractiva y acorté la conversación para poder correr a casa y ver si había llegado un nuevo fax. Nueve de cada diez veces, uno lo había hecho".