Kim Kardashian detalla el acoso del público y contó de su vergüenza corporal: 'Mató mi autoestima'

La estrella de televisión Kim Kardashian habló con franqueza sobre algunos de los momentos de vergüenza corporal más intensos y 'desagradables' que soportó durante su primer embarazo. La celebridad que hoy ha superado el trauma y posa naturalmente con sus hijos en redes sociales, contó que hubo un tiempo donde sufrió por el acoso y las burlas.

La estrella de Keeping Up With The Kardashians abrió su corazón y habló sobre su dolor durante una aparición en el podcast de 10 episodios de Monica Padman titulado We Are Supported By.

Kim comenzó contando: “No era una buena persona embarazada. No era una linda persona embarazada. No me gustaba."

"Lo odiaba. Odiaba cómo me sentía. Odio cómo me veía. Estaba tan acostumbrada a ver a mi mamá embarazada, a mi hermana embarazada y a todas luciendo tan lindas y teniendo estos partos fáciles. Esa no era yo ".

También admitió que los medios de comunicación y los cibernautas "realmente me trataron brutalmente" por aumentar más de 70 libras la primera vez. Fue realmente una locura ”, agregó.

“Me compararon con una Ballena. Fue tan desagradable. Realmente no puedo creerlo. No creo que realmente importe hoy, pero mató mi autoestima. No puedo creer que esto sea aceptable y que esté bien ".

“Siempre me comparaban con Kate Middleton, así que decía, 'Kate la abandonada y Kim la ballena, la abandonada versus la ballena'.

“Me sentaba en casa y lloraba todo el tiempo. Tenía esta condición llamada preeclampsia y no sabía que la tenía. Tiene una hinchazón excesiva en los pies y la cara ".

“Tuve que dar a luz seis semanas antes con un parto de emergencia y luego tuve otra afección llamada Placenta accreta [cuando la placenta se adhiere demasiado profunda y demasiado firmemente al útero] con mis dos bebés. Fue una locura ".

Kim Kardashian dijo que "Todas estas experiencias combinadas, "cambiaron lo mucho que quería dar" en las redes sociales. Pero más aún, “me cambió como persona” también.

"No teníamos gimnasio ni nada y estaba demasiado avergonzada de ir a un gimnasio porque no quería que la gente me viera tratando de perder peso".

“Aumenté 70 libras. Me sentaba en el garaje de mi madre y probablemente hacía 115 grados en verano. Tendría a mi hija en un cochecito y la sentaría allí y simplemente haría ejercicio en el garaje y trataría de hacer todo lo que pudiera hasta que lo hiciera ".

Ese escrutinio intensivo terminó dejando profundas cicatrices personales. "Realmente me cambió y me hizo retroceder en lo que compartí [en las redes sociales] y en cuánto quería dar porque vi lo desagradables que eran todos y me sentí muy mal".