VIDEO: Pancho Saavedra mostró su lado más íntimo y familiar en 'De tú a tú'

Francisco Saavedra Guerra (1973), conocido por todos como Pancho Saavedra, fue el protagonista en el último capítulo del programa de entrevistas “De tú a tú”, Martín Cárcamo llega a Curicó, específicamente a la casa de la abuela de Pancho Saavedra, para tener una conversación íntima y de confesiones con su amigo, el animador de “Lugares que hablan” y "Contra Viento y Marea", a quien conoce hace más de 20 años.

Mientras Martín va recorriendo la casa, Pancho le cuenta que no le fue muy bien en el colegio, que su abuela lo obligaba a ir a misa y que tuvo una formación católica en su colegio, “era regalón, desordenado y veía mucha televisión”. Cuenta que era fanático de las teleseries del 13, y que tras la salida de Carolina Arregui del canal, él llamó a larga distancia desde Curicó para reclamar.

En la cocina de la casa, Pancho le cuenta a Martín lo importante que fue su nana Luchi durante su infancia, una mujer que considera como su segunda madre. “Yo me crie rodeado de mucho amor por eso creo que maduré muy tarde, porque fui muy consentido, fui muy regaloneado y estuve siempre en una burbuja (…) yo me mandé cagadas hasta los 33-34 años, entonces cuando uno se manda condoros a los 33 años es porque efectivamente me tocó madurar muy tarde”.

Martín le muestra un saludo de María Ivonne, la hija de su nana Luchi, y se emociona hasta las lágrimas al contar que él se encontraba de viaje cuando murió su nana. Recuerda que Ivonne le había pedido por teléfono una silla de ruedas para su mamá pero que apenas él llegara a Chile se la iba a conseguir y que cuando aterrizó en Chile se enteró de la partida de su nana, “yo no llegué a tiempo pero ella sí llegó siempre a tiempo”.

Luego, ambos animadores del 13 suben las escaleras para conocer la pieza de Pancho de hace 40 años, pero antes pasan a la pieza de su difunta tía Violeta, con quien tuvo una estrecha relación, “para mí es súper marcadora la muerte de la tía Viole porque el día en que murió fue el día en que se acabó ‘Alfombra Roja’ y fue el día en que yo empecé a grabar ‘Lugares que hablan’ (…) yo la amaba, tú cachai que tuve un videoclub con ella”.

La familia y la amistad con Fernando Alarcón

Luego, Martín se reencuentra con los padres de Pancho, Pilar y Kiko, y con toda la familia reunida que no se reunía hace un año y medio, “fue por tu programa que nos reunimos”. El sentido del humor es innato en la familia Saavedra y Pancho advierte, “para los que creen que mi risa es falsa y que cómo este gallo se puede reír tan fuerte… la Pili se ríe más fuerte que yo”.

Martín se acerca a conversar con Kiko, el padre de Pancho, y le muestra un saludo de Fernando Alarcón, amigo de la familia, quien invitaba al actual animador de “Lugares que hablan” a los programas de televisión. “La primera vez que vi a Fernando Alarcón fue muy heavy todo porque yo era fanático del Jappening, tenía hasta las revistas. Y el papá me llamó para que fuéramos al taller de don René. Atravieso, veo a Fernando Alarcón y me puse a tiritar porque es como ver a tu ídolo de siempre”, recuerda.

Por otra parte, Pilar, la madre de Pancho dice, “nosotros no dábamos una chaucha por Francisco”. Señala que, en su minuto, le aconsejó a su hijo que se buscara otro trabajo cuando le empezó a ir mal en la productora, hasta que lo llamaron para un programa: “Alfombra Roja”, para convertirse en el ‘Dr. Amor’. Martín muestra imágenes de archivo cuando Pancho entrevistó a Leonardo DiCaprio, “yo no sabía lo que me estaba diciendo y movía la cabeza… Qué vergüenza. Mi hermana me escribió todo y me las aprendí de memoria”, dice.

La adolescencia y la culpa católica

Tras almorzar paella, ambos animadores de Canal 13 se sientan a conversar. Parten hablando de la adolescencia de Pancho, quien estudió en el Colegio San Martín de los hermanos Maristas, “creo que la educación católica o de los curas puede llegar a ser un poco castradora con respecto a los momentos en la vida con los que tú te encuentras y cómo vas creciendo. (…) Crecí con la culpa católica, todo era pecado, de lo que sentía o de quién te gustaba. Entonces de repente uno se mandaba un condoro de niño y ese condoro hacía que tú te fueras a la capilla a rezar 10 ‘Padre Nuestro’ y eso creo que es un grave error. No es algo que yo le inculcaría a mis hijos”.

Cuenta que se crio en una familia con un abuelo rígido, figura patriarcal en su familia, que le enseñó todo lo que significaba el sacrificio pero, por otro lado, todo era tema: el corte de pelo de su tía, el divorcio, el ser distinto, la vestimenta, etcétera. “Creo que nunca me hubiese atrevido a decirle a mi abuelo quién realmente era, sino que al final de sus días lo único que recibí fue un apretón de manos como diciendo, ‘sabes que, tú dale con todo y sé feliz’”.

Dice que él siempre supo quién era pero reconoce que “hay gente que es mucho más valiente y lo asume desde antes. Y hay otras personas que no tenemos la valentía para poder hacerlo en el momento en el que lo teníamos que hacer para vivir una vida sin tranca”.

Santiago, un mundo nuevo

Cuando se fue del colegio y llegó a Santiago descubrió un mundo nuevo. El hecho de estar lejos de su casa y de la burbuja que eso conlleva, se dio cuenta de su orientación sexual. Martín le pregunta si no le gustó en su adolescencia algún joven de su mismo sexo, “yo lo tenía reprimido y tengo la sensación que por eso yo era muy culposo. Entonces tú empezabas a sentir algo que no era lo normal y yo me iba a la capilla a rezar”.

¿Por qué no le contó a sus padres?, pregunta Martín. “Porque yo sentía que los iba a defraudar. (Mi preocupación) era mi abuelo, no era ni mi papá ni mi mamá, era mi tata”, responde Pancho. Recuerda que cuando llegó a la universidad hablaba del tema con su tía Violeta, su confidente.

Relata que le contó a su hermana, y que la conversación con su madre fue un poco engorroso pero que le dijo algo muy sabio y que es una frase que la lleva como un bastión de vida: “me dijo, ‘lloré un día completo y cuando pasó ese día me di cuenta que tú eras el mismo que ayer’. Y listo, se acabó, ahí empecé a sentirme más resuelto".

“Hoy es una responsabilidad de los medios de comunicación, de los animadores, de los comunicadores, de los políticos de nuestro país poder asegurarle a los niños y a los jóvenes que vivan una vida feliz y plena. Hoy el Estado de Chile no es garante frente a los temas de la diversidad”. Pancho asegura que los insultos más fuertes los ha leído en redes sociales.

Su matrimonio

A Pancho y a su marido los casó Felipe Berríos. El animador narra cómo el día de su matrimonio, los medios le escribían para poder hacer sus notas. “¿Por qué? si es mi matrimonio, es mi momento de intimidad, no lo quiero compartir, es parte de un proceso, déjame vivir en paz y tranquilo. Eso no es ser una persona que le importe la diversidad, no es ser una persona que te importe crecer y vivir en un país tolerante. Eso es hacer cacería de brujas”.

Asegura que a medida que fue avanzando la relación con su pareja se dio cuenta que estaba enamorado. Se fueron de viaje, y se dieron cuenta que tenían muchas cosas en común, y Pancho le pidió matrimonio. “Fue súper cebollento. Contraté un saxofonista para que cuando llegáramos a la habitación, estuviera tocando una canción que nos guste y ahí me lancé, y me resultó. Escribí una carta y se la leí”.

Pancho afirma que de alguna forma sentía la responsabilidad de contar su relación porque “los niveles de angustia y de homofobia, los crímenes de odio, las golpizas, son demasiado grandes. Para nadie es justo vivir en un país donde sientas miedo, miedo a salir a la calle, miedo de darle la mano a tu pareja, que te juzguen, o te tiren una piedra. Ese miedo no se tiene que sentir”. Dice que no anda de la mano con Coke porque no se puede. Salen juntos pero “en Chile tú no puedes salir con un hombre de la mano sin someterte al escrutinio de la gente, a los comentarios, o a alguna agresión”.

Afirma que es creyente y que se quiere casar por la Iglesia, pero no lo permite. Es por eso que habló con Felipe Berríos para que bendiga la unión. Y para la fiesta pidieron que los invitados estuvieran sin celulares. Bailaron “Love on the brain” de Rihanna. Pancho le cuenta a Martín que incluso fue Fido (Eduardo Cabezas, productor del programa), lo que hace que Martín se sienta más, generando risas.

Llevan tres años juntos, y Pancho asegura estar muy enamorado. “Creo que el matrimonio también ayuda a cortar las ataduras. Y te ayuda a entender que lo que estás haciendo es una familia. Tu propio proyecto de familia”.

Añade que “la libertad no es que ahora voy a empezar a dar entrevistas a diestra y siniestras acerca del tema. Tiene que ver con la tranquilidad que siento hoy día para ser quien soy”. Tuvo miedo de que lo echaran del canal, de que el público lo dejara de querer “pero ha sido todo lo contrario. Nunca he ocultado quien soy, pero tampoco lo he andado pregonando. Siento que la gente que ha estado a mi lado, me ha dado el espaldarazo profundo para poder desarrollarme cómo comunicador y como el hombre que soy”.

Ser papá

Martín le pregunta si le gustaría ser papá, Pancho responde que “algún día sí, más temprano que tarde para que no se me pase el tren. Algún día sí, pero falta tanto en el país. Hoy estamos viviendo un infierno en el SENAME. Para que una pareja de dos hombres pueda llegar a adoptar va a ser imposible. Entonces, ¿Qué prefiere el Estado, ver a nuestros niños en un infierno, en una cárcel que verlos en un ambiente rodeados de cariño? ¿Cómo va a ser posible? Estamos en un mundo al revés. Los niños no están primero. Están los intereses de los demás antes que los niños”.

Y concluye: “Lo único que te puedo decir es que tengo un corazón muy grande y tengo el suficiente amor para poder criar niños. Y que sería un gran papá y que mi marido también sería un gran papá”.

Catalina Guerra, Jorge Zabaleta y David Liempi “El Catador”, Felipe “Bolita” Herrera, mandaronn saludos a Pancho. “Son los afectos que uno va creando con el tiempo”, dice Pancho.

Para finalizar, Martín le entrega un regalo a Pancho: un libro acerca de las estrellas del cine.

Capítulo completo de Pancho Saavedra en 'De tú a tú'

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