Gianluca Vacchi tomó su jet privado para vacunarse en Serbia y le llueven las críticas

El también "Turismo de vacunas" ha tomado relevancia en los últimos tiempos y ya hay muchos famosos que, ejerciendo el poder que la fama y el dinero les otorga, se han sumado a esta tendencia.

Sin embargo, no es para sorprenderse que los ciudadanos del mundo están en desacuerdo de estos derechos excepcionales que tienen unos pocos.

Es el caso de Gianlucca Vacchi, quien tomó su jet privado y voló kilómetros y kilómetros para llegar a Serbia, sin escala buscando una dosis de vacuna contra el coronavirus.

Viajó con su mujer y su hija Jerusalema.

Al día de la fecha, es uno de los pocos ciudadanos italianos que ha tenido la posibilidad de recibir la dosis en el extranjero.

Como es habitual, Gianlucca Vacchi comentó el episodio en sus redes sociales con algunos videos mientras viajaba en su lujoso vehículo.

Durante el vuelo de regreso a Bolonia, el millonario agradeció a Serbia por la dosis que recibió.

Como se trató de la primera dosis para él y Sharon Fonseca, tendrán que volver a Serbia en unas semanas para recibir la segunda y última dosis.

Cuánto cuesta la vacuna

Según trascendió, la República de San Marino ofrece el paquete vacuna + hotel.

En total, vale 50 euros la dosis doble (de Sputnik-V), a partir del 17 de mayo, más la reserva de hotel por 7 días antes de la estancia en el Titán, que debe ser al menos 3 noches 2 veces en 21 días.

Ante semejante oferta, Vacchi -que es millonario- no desaprovechó la oportunidad.

Cabe mencionar que Mario Draghi, primer ministro italiano, ha sido enfático en criticar a la gente que "se salta la fila". Según los datos oficiales, Italia ha administrado a su población 12 millones de vacunas hasta la fecha, de las cuales 4,2 millones a personas de 80 años o más y solo 1,26 millones a las de 70 años y más.  

También se han administrado 3,1 millones de vacunas al personal de salud, un 1 millón al personal de educación y 2,4 millones a una categoría definida como "otros", en la que entran  también los llamados "vivos", que se saltan la fila, cuyo número no se logra calcular.