Álvaro Escobar sobre sus padres: “se separaron el día que me casé”

Nació en Estados Unidos en 1966. Sus papás se casaron en Chile en 1964. Álvaro cuenta que tiene los mejores recuerdos de su infancia en aquel país y a sus 9 años se mudaron a Chile. Llegaron a la casa de su tata, en Miguel Claro, siendo vecino de la 19° Comisaría de Providencia que, como dice él, “con el tiempo, ya más grande, la iba a conocer” coincidiendo con Martín en ese punto y sacando risas de los presentes.

Su lengua materna es el inglés y asegura que cuando está afligido emocionalmente, el inglés aparece. Cuando improvisa en música, también es el idioma norteamericano. Lo que le ayudó a hacer amigos en Chile eran los juguetes y el llamarse Álvaro ayudó también porque recuerda que en Estados Unidos era muy difícil que lo pronunciaran. Se ríe y recuerda que muchos años después un “gringo” le preguntó si lo podía llamar “Al”, y ahí cayó en cuenta que podría haber sido muy fácil si se le hubiera ocurrido antes decir que se llamaba “Al” porque es mucho más fácil de pronunciar. 

Cuenta que le gusta mucho el fútbol y que quería ser futbolista profesional y jugar en la U. de Chile. ¿Por qué no lo logró? Él prefiere echarles la culpa a las lesiones, tiene una en el tobillo izquierdo. En Estados Unidos ganó varios campeonatos.

Cuando él era adolescente vuelven a mudarse a Estados Unidos, y le tocó vivir el impacto por la muerte de John Lennon. Para Álvaro, esta segunda pasada por el país del norte, fue difícil.

Fue un año y seis meses, pero para él fue mucho tiempo debido a la soledad que sentía. Sus papás lo acompañaban, en cambio su hermano Fernando siempre se integró. Es más, al salir de cuarto medio en Chile, regresó a EE.UU. y entró a la Fuerza Aérea, y aún continúa viviendo allá.

Sus múltiples carreras

Ante la pregunta de por qué entró a estudiar Derecho, Álvaro responde que no sabe, riendo nuevamente.

Reconoce que es muy disperso. Se tituló de Periodismo el año pasado y también hizo un diplomado en Derecho penal y procesal porque “su carnet dice abogado” y se ríe. “Yo necesito honrar algo que hice y que en algún momento dejé ahí”.

Agrega que la segunda razón para hacer ese diplomado es: “Si yo trabajo en una radio informativa, yo tengo que estar al tanto”.

Además, sigue haciendo cosas como actor. El año pasado hizo por streaming, una obra que la hace desde hace cuatro años que se llama “Todas esas cosas maravillosas”. “Es un monólogo con participación especial de gente. Cada vez que he tenido tiempo, lo hago en el Teatro La Aurora. Junto a 50 personas y mantengo vivo eso y hago ese ejercicio teatral que es muy útil porque ayuda a personas con depresión”.

El día que decidió actuar, se fue a inscribir a la Escuela de Teatro de Fernando González luego de salir de un examen de Derecho Comercial. Paralelamente, estudió ambas carreras.

¿Cómo llegó a la televisión? Revela que es aún más complicado:

Cuando dio su examen de teatro estaba Pancho Reyes en el público. Ellos ya eran amigos porque Álvaro conocía la compañía donde estaba Pancho Reyes porque su profesor estaba en la misma compañía, y ahí mismo estaba una actriz que era su amor platónico: Amparo Noguera, con quien pololeó alrededor de dos años.

Agrega que no se acuerda mucho porque comenzó a carretear. Pero sí vivieron juntos. Y es ahí en donde él se apura en decirle que sí a la TV, ya que Amparo era profesional entonces él también tenía que trabajar. Estaba angustiado y lo llamaron de TVN para participar en la teleserie del segundo semestre: “Ámame”.

La separación de sus padres y su relación con Coca Gómez

Sus padres “se separaron el día que me casé” y se ríe. “Me lo comunicaron ese día. Te juro. ‘Felicitaciones, que te vaya súper bien. Nosotros nos estamos separando con tu mamá’. Ahí mismo, en el living de la casa. Llegó la jueza del Registro Civil, estaba la familia de la novia, mi familia, termina esto. Beso, firmamos el papel. Abrazo y ahí: ‘nos estamos separando’. ¡P*t* los hu***s desubicados! Yo creo que me estaban cobrando la segunda carrera. Mi papá me lo comunica, pero me pidió disculpas algún tiempo después. Debe haber estado súper afligido. Y así me fue también, duré un año casado” y estalla en risas junto a todos los presentes.

Conoció a Coca Gómez porque era la amiga de su hermana, 10 años menor.

“Pololeamos tres años y medio y nos casamos. Creo que, sumada la diferencia de edad, no coincidimos en el camino, en el momento exacto. En ese momento en que nos conocimos estaba terminando de hacer ‘Loca piel’." Y ven el chascarro de la carne mechada con arroz.

La relación con su hija Aurora

“Yo vivo solo. Pero no soy solo. Tengo una relación con mi hija Aurora, con quien tengo una relación habitual, continua. O la tenía, porque la pandemia la pilla a ella con 13 años. La adolescencia, en donde ella está en sus procesos, y para los adolescentes ya ha sido complicado. Entonces, la pilla en la casa con la mamá, y uno no quiere interferir en un mundo que ya es complejo, con véngase a la casa del papá porque esa costumbre la había perdido con ‘Rojo’. Porque a las 9 de la noche entregábamos a las noticias, o sea que yo llegaba a la casa a las 10. Aurora ya estaba durmiendo. O sea, desapareció de lo cotidiano, por eso fue tan complejo volver a renovar ese contrato. Y muy contradictorio, además, porque yo le hago compañía a mucha gente, todos los días a través de la radio. Técnicamente, estoy súper conectado, pero estoy solo. Y cuando estaba en teletrabajo, era …no, por favor”.

Por eso es que tiene una rutina cada mañana en donde se habla a sí mismo. 

Fue papá a los 40 años. “En alguna parte estaba en plan. Aurora aparece. Yo tengo evidencia de que hay algo que nos trasciende y que quiere algo bueno para nosotros, y la evidencia de eso es Aurora”.

Álvaro dice que con la paternidad “aparece un sentido muy bonito de la vida, que es cuando desaparece uno como centro del universo, y todo lo que haces tiene un sentido que va más allá de ti. Aunque ella quisiera yo voy a dejar de estar presente en su vida. Aun cuando sea un pensamiento, en un buen deseo. Todo lo que yo haga tiene que ver con ella, mi preocupación, mi atención está en esa vida”.

“No pongo límites porque no ha sido necesario. No recuerdo haber castigado. Trato de dialogar, de que vea un ejemplo porque yo mismo, por la experiencia que yo tuve, valoraba más ver en mis padres ese ejemplo que me lo dijeran y que en los hechos no calzaran”. Dice que “Soy más de dialogo. Creo que he ido acompañando cada edad de Aurora”.

Su mamá Cecilia

“Hay personas que la pandemia les cambió radicalmente la vida y mi mamá. A ella no le ha cambiado nada porque ella ya llevaba dos años en la casa. Le dio un tumor en la cabeza. Un oligodendroglioma, que es un tumor benigno en el centro de la cabeza, pero la ubicación mala. Súper mala. Eso intervenía en algunas funciones motoras del lado derecho. Entonces se empezó a caer.

Había que sacarlo, pero en ese momento puedes pasar a rozar partes delicadas. Pasó de ser una persona muy activa, a no hacer algo que has hecho toda tu vida teniendo todo ahí, pero hay algo que no responde. De un momento a otro pasó a ser una persona muy dependiente”.

Y habla de la última vez que se cayó: “Fue duro, fue una noche. Uno deja el teléfono en silencio. Y a la mañana siguiente tenía llamadas perdidas de amigas de ella porque había pasado la noche en el suelo, porque se quebró la columna. Entonces, caminar no puede. Puede levantarse, pero no se puede caer porque la columna no se pudo reparar del todo. Está acostada gran parte del día. Sus funciones cognitivas están bien, impecables. Hay un tema con las manos que no la dejan leer pero la tecnología le ha ayudado mucho. Usa el Ipad”.

Revela que “no he tenido mucho tiempo para digerir. He tenido unos horarios muy curiosos, una carga de trabajo más o menos importante durante los últimos años. Entonces, ¿Qué tengo que hacer? Atinar no más. No paras. Las cosas pasan, suceden.

Hay un montón de sistemas que dependen de mí, pero no me lo cuestiono. Mi mamá, mi hija con su mamá, yo mismo. Es pesado. He estado atinando para que no falte nada. No hay tiempo para pensar, démosle”.

El año pasado no pudo ver a su mamá hasta agosto, que era el cumpleaños de ella. “Pasa sola, está con la persona que la cuida, que vive con ella. Es una bendición”.

Fernando, su hermano mayor

Desde Cheyenne, Denver, EE.UU. el hermano de Álvaro se contacta a través de una video llamada. Él está jubilado desde el 2005 y desde esa época que no se corta el pelo. Trabaja en ingeniería civil para el Departamento de Defensa de Estados Unidos y es guitarrista de una banda tributo a "Rush".

Desde 2018 que no se ven.

Fernando define a su hermano como muy inteligente y bueno para la chacota. “Es una de las personas más inteligentes que conozco, la pasión que tiene por lo que hace. Todo lo que hace se lo toma en serio. Es una suerte tenerlo como hermano”.

Fernando tiene dos hijos y cuatro nietos, lo que Martín no puede creer porque el hermano de Álvaro se ve joven. En medio de la conversación Fernando presenta a su pareja, la que Álvaro no conocía hasta ese momento.

La hermana menor de ambos escribe cuentos eróticos, por lo que Álvaro no se ha atrevido a leerlos porque para él sigue siendo su hermana chica.

Otra faceta: la música y la guitarra

La segunda vez que volvió a Chile, conoció a Paula, una compañera de curso que cantaba y tocaba guitarra, con una posición política clara y a él le gustó, por lo que él tenía que aprender y saberse todas las canciones. Y lo logró.

La producción le pasa una guitarra, y Álvaro interpreta “Sueño con serpientes” de Silvio Rodríguez. Aprendió a tocar con “La Bicicleta”.

Desafío

Martín invita a Álvaro a hacer el desafío del papel higiénico, y el que pierde se lleva una PLR. Gana Martín, pero no lo hace. Pero se ponen a jugar con los rollos de papel.

10 días en Rock in Río en 1985

Martín le muestra el cartel de uno de los festivales más famosos del mundo: “Rock in Río” en 1985. Y Álvaro saca la entrada de su billetera. Se fue con Paula, su compañera de tercero medio y que fue su polola. Se fueron en un bus arrendado y viajaron 4 días. “Me acuerdo de Scorpions, de Rod Stewart, Queen. Todos los días llovió”.

“Fuimos a una discoteque que estaba vacía. El recuerdo que tengo es que estábamos en círculo y al lado había un señor que yo recuerdo grande y musculoso, pero debe haber sido porque usaba poleras sin mangas y yo era un chico de 18 años. Y era Freddy Mercury bailando. ¡Freddy Mercury po! No era para decirle nada. No eso hagas eso Álvaro, pero por ningún motivo. Disfruta de la posibilidad de estar en este lugar con este señor que es un ícono de la música del mundo”.

Álvaro hoy

Ante la pregunta de Martín acerca del momento en que está hoy, él responde:

“Estoy decidiendo qué hacer con los últimos 30 años de mi vida. Ya sé cómo han pasado 54. Hay un momento muy privilegiado, duro y difícil también, de tener cierta libertad, de fijarte una meta que depende principalmente de ti. Me gané el derecho de hablar de lo que yo quiero hablar. Eso es una conquista, y eso es un momento súper feliz. Tengo ganas de irme a vivir a la playa. Y me dedico a invertir en mí. ¿Cómo crezco? ¿Cómo amplio, cómo crezco? ¿Con un mejor auto, con una casa más grande? No, estudio. Hago la ampliación y de ahí los diplomados. Hay un diplomado de literatura en lengua española de la Universidad Católica de Valparaíso que quiero tomar este año porque podría ser profe también. Eso es algo que me gustaría. ¿Qué haces con lo que tú has hecho con tu vida? A lo mejor le sirve a una generación de estudiantes”.

Para finalizar, Martín le regala un vinilo de Queen en el “Rock in Río” de 1985. Luego, y siguiendo la tradición, Álvaro escribe en el libro del programa. Y para finalizar, Álvaro toca y canta “Pregón para iluminarse” de Los Jaivas.

En el siguiente link, puedes revisar el capítulo y los mejores momentos de esta noche: https://www.13.cl/programas/de-tu-a-tu

“De tú a tú”, de lunes a jueves, después de “Tele13 central”