De tú a tú

Karen Doggenweiler y la muerte de Camiroaga: “Nos parece todavía tan raro todo lo que pasó"

Martín Cárcamo fue hasta la casa de Karen Doggenweiler para tener una conversación “De tú a tú” en la intimidad de la casa de la animadora.
viernes, 16 de abril de 2021 · 10:00

Al llegar, lo primero que conoció Martín del hogar de Karen es un baño en donde hay fotos de distintos personajes del acontecer nacional. Karen confiesa que hay varios en esas fotos con los que su pareja, Marco Enríquez-Ominami, está enojado, causando risas.

Luego, continuaron con un recorrido por la casa. En medio de esa travesía, se encuentran con Marco quien justo pasaba con plátano y leche condensada. Y, juntos fueron a probar el baño japonés de la pareja.

Karen confirma que su hija mayor, Fernanda, ya no vive con ella.

También recuerda que la asaltaron y le pegaron. La animadora cuenta que fue mientras estaban en plena campaña junto a su marido y, a raíz de la situación vivida por su hija, suspendieron todo.

“Estábamos súper preocupados, pero qué rabia, Martín, porque el tema de la seguridad es para todos, pero sobre todo para las mujeres porque ahora hablamos tanto del toque de queda, pero las mujeres siempre hemos tenido toque de queda. Tu hija nunca va a poder estar a altas horas de la noche, de la madrugada, en la calle, porque siempre puede ser víctima. Probablemente, más víctima que un hombre”.

Su hija quedó asustada por mucho tiempo.

“Uno quisiera un mundo mucho más amable, no quisiera que fueran desconfiadas ni que tuvieran que cuidarse en exceso. Uno quiere que sean libres”.

Además, Karen confiesa que apareció más miedo en ella como mamá.

“Tengo dos hijas. Creo que las mamás nos preocupamos siempre, pero creo que en esto se mete harto el tema del género, aunque a mucha gente no le guste. Un hombre se preocupa de que le quiten el celular, pero a una mujer le pueden pasar muchas más cosas”.

Sus padres

Ya instalados en el living de Karen, ella habla de su mamá quien se contagió de Covid-19. Estuvo dos semanas hospitalizada. Su mamá le contó justo cuando la iban a buscar para internarla.

“Es súper duro porque no puedes acompañarla. Afortunadamente salió adelante. Quedó secuelada y hasta el día de hoy le cuesta respirar, se cansa. Quedó con una tos. Hay muchas cosas que se postergaron producto de la pandemia.

Mi mamá se tenía que operar de las caderas. Es su tercera operación. Bueno, demorar esta operación que finalmente se hizo el año pasado, le afectó. Ahora no puede caminar, no se puede ni siquiera mantener en pie sola.

Ha sido un proceso con harto kinesiólogo, de rehabilitación. Pero ella está convencida de que va a caminar”.

Karen creció en Santiago, en El Arrayán. Su papá era ingeniero comercial, nacido en el sur. Dice que ambos padres eran opuestos entre sí.

Su mamá es alegre, optimista. Su papá mateo, riguroso, más fome pero bien feminista.

“Le importaba mucho que tuviéramos una mente amplia. Una educación rica, que supiéramos nadar, bailar, hacer patinaje, tocar guitarra. Un papá muy generoso y cariñoso”. Recuerda sus caminatas junto a él por El Arrayán.

El padre de Karen falleció en el 2008 a raíz de un cáncer.

“Fue atroz. Cada vez que veo su foto, no lo tengo nada superado.

Y eso que le di todos los besos que quise, le di todos los abrazos, hablamos todo. No hay nada pendiente.

Hice el rito de despedirme, de decirle ‘ándate tranquilo, papá’ y así y todo, me cuesta mucho.

Cuando murió le metí papelitos en sus bolsillos. Era genial”.

Karen se emociona al hablar de su padre. “Me hace falta todos los días”.

Su carrera

Su práctica la hizo en TVN en 1991, y estuvo 4 años en el departamento de Prensa del canal estatal. Luego de eso se casó, duró 1 año y se separó.

“Dejé de trabajar, me fui a vivir con mis papás. Eso fue un colchoncito de plumas, de felicidad. Para Fernanda también. Ella tenía 4 meses”.

Agrega que “nadie se quiere separar y quiere que todo funcione, pero la vida a veces pone pruebas duras y siento que era importante darse una segunda oportunidad”.

Después, regresó a trabajar a TVN, en el área deportiva y, más tarde, la pusieron en el matinal junto a Felipe Camiroaga, reemplazando a Margot Kahl y Jorge Hevia, y viendo lo bien que resultó la dupla, se hizo “Pase lo que pase”.

Para ella, Camiroaga fue “un tremendo compañero. Alguien tan creativo que te obligaba todos los días a estar chispeante, alegre. Era un motor para el equipo del ‘Pase lo que pase’. He tenido la suerte de trabajar con animadores que tienen esa esencia, eso de reírse de sí mismo”.

La muerte del animador fue “súper impactante, doloroso. Tuvimos que hacer un programa inmediatamente con Julián (Elfenbein), entonces fue un shock, un momento tan inesperado, tan doloroso, tan inexplicable e injusto. Porque fue todo un equipo”.

Martín le pregunta cómo evalúa su carrera. Ella dice que uno de los programas que más le gustó hacer fue “Mamá a los 15”.

En cuanto a lo sucedido al equipo de Iván Núñez y a Esteban Sánchez, en el sur de nuestro país, Karen declara:

“es, sin duda, un ataque brutal. Y no solamente a ellos como personas. Cuando se ataca a un equipo periodístico que está haciendo su trabajo, que está concertando una entrevista, que está buscando informar, hay un ataque a la libertad de expresión y, finalmente, a la democracia.

Pude comunicarme con Iván, con Esteban. Claramente, buscaban matarlos.

Es admirable la fuerza, el compromiso con la información, con transmitir lo que está pasando, con mostrar, al punto de arriesgar la vida”.

Agrega que “la solución no es mandar a Fuerzas Especiales. Eso no ha funcionado. La ‘militarización’ de la zona no es la respuesta. Finalmente, la situación se sigue repitiendo, no se avanza y se chutea de Gobierno en Gobierno”.

Primera Dama

Martín indaga en si se ha imaginado como Primera Dama. Karen, en medios de risas tímidas, expresa que sí.

“Bien distinta o atípica, como te podrás imaginar”.

Si le ha traído problemas ser señora de Marco Enríquez-Ominami, ella responde afirmativamente.

“Sí, por lo que te digo. Una se ve expuesta a que se digan cosas que no son verdad. Y hay tantos prejuicios. Pero creo que me ha traído más alegrías”.

Karen aclara que su marido es igual de bueno para hablar en la casa.

“Entre todo lo malo que ha traído la pandemia, la parte buena es que ha estado acá y para la Manuelita que es la más chica, ha sido fantástico. Hemos podido hacer vida en familia, muchas cosas que no podíamos hacer.

Ha sido intenso pero nos hemos llevado bien.

Me ha caído bien (…) No me equivoqué. Ha sido un buen matrimonio y súper atípico también porque Marco, no sé si pensaban que él se pudiera casar así, como tan clásica, con todos los ritos.

Pero finalmente, resultó que era bueno para estos ritos”.

Posteriormente, Karen invita a Martín a cocinar y juntos preparan pastas.

Cuando Martín le pregunta cómo se mantiene físicamente, ella responde que no hace deporte, pero sí le gusta caminar y ayuda mucho el no tomar tanto alcohol.

“En general, son todos bien curaditos en la tele y bien volaitos”.

Estaban tan entusiasmados preparando la pasta, que un chascarro no podía faltar: Karen se golpeó la boca, pero no fue grave.

17 años de matrimonio y una familia

Karen define su matrimonio como “fascinante. Muchas emociones. Me casé con un cineasta, productor de películas y series, y que iba a terminar en una carrera presidencial. Ha sido bien entretenido, desafiante, estimulante. Con hijas. Hemos hecho crecer nuestra familia con mucha ilusión. Y seguimos tan enamorados o más”.

En ese momento, Marco se acerca a la mesa para unirse a la conversación.

La primera vez que se vieron fue en el matinal de TVN, cuando él fue a promocionar su serie “La vida es una Lotería”. Ella vestía de negro y rojo por una nota de Rangers de Talca, mientras que él creía que era un guiño para él por los colores del MIR.

Marco dice que “me impresionó mucho porque tiene, algo que pocos comunicadores tienen, el lenguaje. La perseguí un año y ella no quiso salir. Literal. Le dejaba mensajes todos los viernes para invitarla a salir. Pero para protegerme, como soy inseguro, me iba una vez a la semana fuera, entonces, el día que tomaba el avión la invitaba a salir sabiendo que no me iba a responder. Para que no me doliera, cuando iba al aeropuerto le decía ‘Aló, ¿cuándo nos vemos?’ y no me contestaba. A lo cual esperaba una semana, me dolía menos como estaba fuera de Chile, volvía y me hacía el interesante”.

Karen dice que él tenía por lo menos tres pololas y ella las conocía “trabajaban en el canal y yo las consolaba ¡lloraban en mi hombro! Entonces ¿cómo iba a salir con él?”

Un año después, él le dijo: ‘ya basta, esta noche salimos sí o sí’. Él dice que fue un truco muy anticuado pero que funcionó.

A las 11 de la noche, él la fue a buscar y ella salió vestida de cowboy. Ella aclara: “Me tupí. Hice un look que no correspondía al personaje”. Al día siguiente, Marco invitó a almorzar a la mamá de Karen, a solas.

En esa época ella vivía con sus papás y él se iba a quedar a la casa de sus suegros. Se llevaron muy bien. En junio se dieron el primer beso, en agosto él le pidió matrimonio, en diciembre se casaron.

Marco aclara que se casó como por contradicción.

“Fui criado por una pareja que no se casó. Que no vivieron juntos. Y me pareció que en algunas cosas es interesante ser conservador”.

Manuela Gumucio, madre de Marco, le envía un cariñoso saludo a Karen. Ella dice que son una pareja extraordinaria y que, frente a los momentos duros, Karen ha sido impresionante, invariablemente solidaria con él. Y Marco se suma a las palabras de su madre y dice que Karen siempre ha sido muy generosa. 

En cuanto a su rol de padre, Marco señala:

“Tuve una infancia extraña, como muchos otros niños. Con una gran ausencia pero que era muy presente. Y lo que yo hice con Fernanda, y con Manuela también, es aplicar una especie de mezcla de mucha exigencia que me parece que es clave de un amor de padre medio gaga. Lo que no tuve. Mantener una cierta lógica estricta y, por otro lado, algo que yo tuve menos pero no porque no hayan querido, una cierta incondicionalidad permanente. Siempre supe que mis padres iban a estar para lo que yo quisiera, pero la presencia física era más complicada”.

Enríquez-Ominami confiesa que teme a la muerte.

“Me preocupa la muerte porque como mi papá murió muy rápido, asesinado, fue muy duro.

Tengo cierto miedo de que ellas no tengan la ausencia que yo tuve, porque la ausencia de padre es dura. Pero no quisiera que ellas tuvieran una ausencia presente, entonces trato de estar siempre en una actitud súper próxima, aunque a veces no lo logro porque soy un antipático imperfecto”.

En cuanto a su relación con Fernanda, afirma que:

“No creo que la condición genética sea el factor sustantivo de una relación en la vida. Creo que es muchísimo más importante educar, hacerse padre. En el caso de Fernanda, ella me eligió a mí y yo la elegí a ella, y tengo una relación de padre permanente sobre ella. No me parece que la genética sea un tema”.

Y agrega:

“La conversación con el padre de Fernanda fue muy difícil, pero no me corresponde hablarlo en un programa sin que él se pueda expresar.

Pero ese es un tema que yo lo tengo súper resuelto. Él es el padre de ella, pero siento que en el día a día, Fernanda y yo también hemos construido una gran relación filial. Y a mí me importa mucho”.

Pasando a otros temas, Martín pregunta si se han disfrazado en la intimidad, ambos dicen que no. En medio de esa conversación, Martín confiesa que una vez usó una zunga de látex, pero tras verse en el espejo y verse por detrás, optó por no salir con el disfraz.

Fernanda y su pareja Ignacio llegan unirse a la conversación.

Fernanda que, aunque ya no vive con Karen y Marco, va casi todos los días a verlos y están siempre conectados. Ignacio, por otro lado, señala que Fernanda es una persona muy divertida por lo que pasaron muy bien viviendo juntos en la pandemia.

De sus suegros, él dice que “es una relación bastante normal, de mucho cariño, lo pasamos bien”.

Regresando al tema de su relación con Marco, Fernanda afirma que "solo tengo un papá y es Marco. Siempre ha sido así. No de nacimiento, pero ha sido mi figura paterna. Nunca tuve una ausencia de figura paterna.

Ese rol lo cumplió mi abuelo al principio, y de ahí conocí a Marco y me adoptó y fue muy natural como se dio la relación. Fue muy fluida y jamás como una imposición. No me gusta esa etiqueta de padrastro. Él es mi papá, él me crió y me educó y me quiere y me da todo el cariño que un papá da”.

Para finalizar, Martín junto a todo su equipo le regalan unos patines blancos a Karen, sabiendo que ella ama patinar.

En el siguiente link, puedes revisar el capítulo y los mejores momentos de esta noche: https://www.13.cl/programas/de-tu-a-tu

“De tú a tú”, de lunes a jueves, después de “Tele13 central”