Salud de Anthony Hopkins: actor de 83 años, 'ignorante' sobre el diagnóstico, 'no creo en eso'

Anthony Hopkins comenzó a lograr reconocimiento en el cine a fines de la década de 1960. Desde entonces, se ha hecho más conocido por películas como El silencio de los inocentes, Los dos papas y, más recientemente, El padre, junto a la ganadora del Oscar, Olivia Colman. 

El actor incluso se llevó el premio de "leyenda" convertida en los Premios al Hombre del Año de este año, en manos de la revista GQ. Sin embargo, cuando le dijeron que tenía una forma de autismo, la estrella rápidamente se sintió frustrada y explicó que no "se siente diferente".

Cuando tenía poco más de 70 años, un médico se puso en contacto con la estrella y le informó sobre su síndrome de Asperger, pero Hopkins se apresuró a disipar el diagnóstico.

Hablando con la revista GQ, dijo: “No lo sé. En realidad, no lo creo, no lo creo. No me siento diferente. Puede ser que esté equivocado. Quizás soy un ignorante.

“Lo llaman neurodiversidad. Es una etiqueta elegante. Estoy muy concentrado de una manera. Me doy cuenta cuando estoy en restaurantes, pero ese es mi comportamiento. Creo que hemos arruinado el sistema humano al tabularlo todo.

Hay un dicho maravilloso, que es que todos estamos jodidos. Siempre lo hemos estado y siempre lo estaremos. Toda la raza humana está jodida".

Sin reprimirse en sus opiniones, Hopkins continuó diciendo que la raza humana en su conjunto ha "destruido la mitad del planeta" a pesar de tener "cerebros maravillosos", instando a la gente a centrarse en "descubrir" cómo podemos vencer a Covid de buena forma.

El término síndrome de Aperger fue creado por primera vez por el pediatra austriaco Hans Asperger en 1944. La condición describe una forma de autismo que a veces significa que las personas tienen dificultades para relacionarse socialmente con los demás.

El Nationwide Children's Hospital explica que las personas que tienen Asperger pueden encontrar que tienen problemas para comprender situaciones sociales y formas sutiles de comunicación como el lenguaje corporal, el humor y el sarcasmo.

Las personas también pueden pensar y hablar mucho sobre un tema o interés o puede que solo deseen realizar una pequeña variedad de actividades. Estos intereses pueden volverse obsesivos e interferir con la vida cotidiana, en lugar de brindarle al niño una salida social o recreativa saludable.

Sin embargo, otras personas se enfocan en las grandes fortalezas que les da Asperger. Estos suelen incluir:

• Ser muy inteligentes
• Mostrar una gran aptitud para un campo de estudio o tema en particular.
• Concentración excepcional durante largos períodos de tiempo.
• Orientación al detalle
• Deseo y tendencia a seguir reglas.
• Capacidad para absorber y retener grandes cantidades de información.
• Capacidad para pensar en imágenes visuales.

En una entrevista anterior, Hopkins mencionó cómo el trastorno del desarrollo lo ha ayudado en su oficio.

Dijo: “Definitivamente veo a las personas de manera diferente. Me gusta deconstruir, separar a un personaje, averiguar qué los hace funcionar y mi punto de vista no será el mismo que el de todos los demás.

“Me ofrecen muchas partes de control, tal vez porque así es como la gente me ve. Y tal vez estoy muy controlado porque tenía que serlo. No lo cuestiono, solo tomo los papeles porque soy actor y eso es lo que hago. No voy a fiestas, no tengo muchos amigos, pero me gusta la gente. Me gusta meterme dentro de sus cabezas".

Para algunas personas, recibir un diagnóstico de Asperger les ayuda no solo a ellos, sino también a sus familias y a quienes los rodean a comprender por qué pueden experimentar ciertas dificultades y qué pueden hacer para ayudarse a sí mismos.

También permite que las personas accedan a diferentes servicios y apoyo, como organizaciones benéficas nacionales como National Autistic Society o encontrar un grupo de apoyo local dentro de su comunidad.

Aunque las características de Asperger difieren entre las personas, cuando se diagnostica, el proceso suele ser el mismo para todos. El proceso generalmente involucra un equipo de diagnóstico multidisciplinario que involucra a un logopeda, un pediatra y un psiquiatra.

Para aquellos que son diagnosticados a una edad temprana, los especialistas le harán a los padres muchas preguntas sobre el desarrollo del niño y las habilidades y problemas actuales. También interactuarán con el niño y realizarán evaluaciones para evaluar qué síntomas muestra el niño al interactuar con otros.

A veces, la afección se puede confundir con otras afecciones, como el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), el trastorno obsesivo compulsivo (TOC) o el trastorno de oposición desafiante (ODD). Sin embargo, al evaluar las habilidades de comunicación de las personas, los patrones de comportamiento y cómo se han desarrollado estos síntomas con el tiempo, se aliviará la posibilidad de un diagnóstico erróneo.